La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) ha decidido que Venezuela sea la nueva sede del Campeonato Sudamericano Sub-20, programado para enero de 2025. En un giro inesperado esta decisión se produce tras la destitución de Perú como país anfitrión, debido a un escándalo de corrupción que involucra a su federación de fútbol.
Inicialmente, Perú estaba listo para recibir a las futuras estrellas del continente en las ciudades de Lima y Arequipa. Sin embargo, las investigaciones sobre el presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Agustín Lozano, y las dudas sobre la capacidad organizativa del país llevaron a la Conmebol a buscar una nueva sede.
Venezuela, que ya había mostrado interés en albergar eventos futbolísticos de gran envergadura, fue seleccionada como la opción más viable. El país sudamericano cuenta con la infraestructura necesaria y la experiencia para organizar un torneo de esta magnitud.
¿Qué implica esta decisión para Venezuela?
Esta decisión representa un cambio radical en los planes de la Conmebol y de las asociaciones miembro. La selección peruana, que ya estaba integrada en el Grupo A junto a Uruguay, Venezuela, Paraguay y Argentina, deberá adaptarse a este nuevo escenario.
La elección de Venezuela como sede del Sudamericano Sub-20 representa una gran oportunidad para el fútbol venezolano. El país podrá mostrar al mundo sus estadios, su pasión por el fútbol y su capacidad organizativa. Además, la selección venezolana tendrá la ventaja de jugar como local y contará con el apoyo de su afición.
Este cambio también representa un desafío para Venezuela. El país deberá trabajar a contrarreloj para organizar el torneo en un plazo relativamente corto. Se necesitará una gran coordinación en la federación de fútbol y las entidades locales para garantizar el éxito del evento. El torneo puede servir como un catalizador para el desarrollo del fútbol base en el país y atraer inversiones para mejorar la infraestructura deportiva.
