Este sábado 9 de noviembre, Alemania celebró conmemoraciones por el 35º aniversario de la caída del muro de Berlín, el emblemático símbolo de la división de Alemania y de la Guerra Fría. La jornada estuvo marcada por una serie de actos públicos en la capital, que sirvieron tanto para recordar el sufrimiento y la separación que el muro representó para las familias alemanas, como para festejar los valores de libertad y unidad que la caída de esa barrera física de 155 kilómetros trajo consigo.
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, acompañó a unas 300 personas en una mañana fría de otoño en Berlín, donde se celebraron los actos conmemorativos en el Memorial del Muro de Berlín, un espacio dedicado a preservar la memoria de ese periodo histórico. Los discursos de la jornada estuvieron marcados por referencias a la situación actual de Ucrania y la lucha por la libertad frente a la invasión rusa, que se presenta como una nueva amenaza para los valores democráticos que la caída del muro de Berlín ayudó a consolidar en Europa.
Alexander Klausmeier, director de la Fundación del Muro de Berlín, destacó la importancia de recordar que «los valores de la revolución de 1989 son los mismos que se defienden hoy en el campo de batalla en Ucrania», aludiendo a la lucha del pueblo ucraniano contra la invasión rusa. En la misma línea, el alcalde de Berlín, Kai Wegner, subrayó la necesidad de apoyar a quienes luchan por su libertad y supervivencia, especialmente en Ucrania, y mostró solidaridad con el pueblo de Kiev en su resistencia.
La ceremonia de este sábado también contó con una delegación internacional que incluyó a figuras de la oposición de regímenes dictatoriales, como Cuba, Irán, Bielorrusia, Georgia y China. Entre los asistentes, destacó la presencia de miembros del sindicato polaco Solidarnosc, una organización clave en la caída del comunismo en Polonia y que también desempeñó un papel crucial en la eventual caída del muro de Berlín. Bogdan Borusewicz, cofundador de Solidarnosc, recordó cómo los opositores de Polonia y la antigua Alemania del Este lucharon de manera conjunta por la libertad y los derechos humanos.
La Capilla de la Reconciliación, ubicada en lo que fuera la «tierra de nadie» entre las fortificaciones del muro, fue el escenario de uno de los momentos más emotivos de la jornada. En su intervención, Borusewicz instó a no ser indiferentes ante los abusos de poder, haciendo un paralelismo entre la invasión rusa de Ucrania y las luchas por la libertad en el pasado: «No es ético hablar de paz cuando el poder ataca al más débil. Hay que defender la libertad, tomar las armas si es necesario», dijo, en un firme llamado a apoyar la resistencia ucraniana.
El acto conmemorativo culminó con una marcha hacia el Memorial del Muro de Berlín, donde autoridades y representantes internacionales depositaron velas y flores en honor a las víctimas del muro, una división que separó a familias, amigos y a toda una nación durante 28 años. Mientras tanto, en el escenario cercano, la música también se hizo presente, con la interpretación en vivo de la icónica canción «People Have the Power» de Patti Smith, como preludio a un fin de semana de celebraciones culturales.
La caída del muro de Berlín, ocurrida en 1989, marcó el principio del fin de la Guerra Fría y la reunificación de Alemania, un proceso que también simbolizó el colapso de la dictadura de la República Democrática Alemana (RDA), un régimen comunista apoyado por la Unión Soviética. El muro fue erigido en 1961 para evitar la fuga masiva de ciudadanos hacia la Alemania Occidental, un fenómeno que dejó al régimen de la RDA en una crisis económica y demográfica. Aunque la infraestructura original ha desaparecido en su mayoría, se conservan algunos tramos, como la East Side Gallery, conocida por sus famosas pinturas, y el Memorial del Muro de Berlín.
En un acto de profunda reflexión, este aniversario no solo sirvió para recordar los horrores del pasado, sino también para reafirmar el compromiso de Alemania y sus aliados con la defensa de la libertad, la democracia y los derechos humanos en un mundo donde las amenazas a esos principios siguen vigentes.