La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2025 obligará a la Unión Europea a redefinir su estrategia global, según advirtió este viernes Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores.
Durante su intervención a su llegada a la cumbre informal de líderes europeos en Budapest, Borrell destacó que la clave para que Europa sobreviva en un mundo cada vez más polarizado y transaccional es fortalecer su unidad y soberanía.
«La única receta para sobrevivir», afirmó Borrell, «es estar más unidos, construir una Europa más fuerte, una Europa más soberana». Según el jefe de la diplomacia europea, los países de la UE no pueden permitirse estar al margen de la toma de decisiones globales. «Si no estás en la mesa del juego geopolítico, estás en el menú», sentenció, destacando la necesidad de que Europa se convierta en un actor relevante en la escena internacional.
Borrell subrayó que la creciente influencia de actores globales como China, Rusia y Estados Unidos pone de manifiesto que las potencias más grandes están cada vez más dispuestas a actuar en función de sus propios intereses, dejando a los países más pequeños de lado. «Si no eres un actor, otros actuarán por ti», dijo el diplomático, añadiendo que, en este contexto, la UE debe avanzar en la creación de una defensa más robusta y en el desarrollo de tecnologías clave que le permitan competir en el escenario global.
El alto representante también hizo un llamado a la UE para que no dependa de terceros en temas cruciales como la seguridad. «La UE no puede subcontratar su propia seguridad», señaló Borrell, sugiriendo que la región debe incrementar sus esfuerzos en la defensa y en la protección de sus intereses estratégicos. Además, resaltó la importancia de continuar apoyando a Ucrania, independientemente de lo que suceda en Estados Unidos, porque «nuestros valores y nuestros intereses son los que deben guiar nuestras decisiones», agregó.
En cuanto a la relación de la UE con Estados Unidos, Borrell reconoció que, pese a las diferencias que puedan surgir, el país norteamericano sigue siendo un socio fundamental en los ámbitos económico, político y cultural. No obstante, instó a la Unión Europea a «acelerar» su propia agenda, especialmente en cuestiones como la lucha contra el cambio climático. En este sentido, recordó las recientes catástrofes naturales, como la Dana en Valencia, como prueba de que el cambio climático no es un problema exclusivo de Europa, sino una amenaza global que requiere una respuesta unificada.
«No podemos perder cuatro años más en la lucha contra el cambio climático», enfatizó Borrell, subrayando que la UE debe liderar la transición energética y la cooperación internacional en este ámbito. Para ello, destacó la necesidad de hacer comprender al resto del mundo que el cambio climático es un desafío para toda la humanidad, y no solo para Europa.
Por último, el alto representante insistió en que la situación en Ucrania no debe verse exclusivamente desde una perspectiva europea. «Es un problema de seguridad internacional y del respeto por las leyes», concluyó, reafirmando el compromiso de la Unión Europea con la estabilidad global.