El economista y asesor financiero Aldo Contreras estimó que las remesas que recibirá Venezuela a finales de 2024 alcanzarán unos 4.500 millones de dólares, lo que representaría un incremento significativo del 33% respecto al monto recibido en 2023.
Este crecimiento está vinculado, según Contreras, al aumento de la emigración venezolana, que para abril de 2024 se calcula en al menos 7,7 millones de personas, según datos de la Organización Internacional para la Migración (OIM).
Sin embargo, aunque las remesas juegan un papel esencial para miles de familias venezolanas, su impacto en la economía sigue siendo limitado. El economista Manuel Sutherland, investigador del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO), indicó a Banca y Negocios que, a pesar del notable aumento en las remesas, el crecimiento económico es «muy tímido». Esto se debe en gran parte a las distorsiones cambiarias y a la falta de una política económica sólida que permita una recuperación estable.
Sutherland explicó que las remesas son fundamentales para la economía familiar, especialmente en un contexto donde muchas personas no tienen acceso a un empleo formal o reciben salarios bajos. «Las remesas permiten que la gente adquiera productos en el mercado, generando una demanda, aunque esta sea frágil», afirmó. Sin embargo, la economía del país sigue siendo extremadamente vulnerable, y la alta dependencia de las remesas está lejos de constituir una solución a largo plazo para la crisis.
Distorsión cambiaria y su impacto en el poder adquisitivo
Uno de los principales problemas que afecta la efectividad de las remesas en Venezuela es la distorsión cambiaria, generada por la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo. Según Sutherland, este desajuste crea serias dificultades tanto para consumidores como para empresarios, ya que el poder adquisitivo de las remesas se ve severamente afectado. A pesar de que la política del gobierno favorece la apreciación del tipo de cambio, esta situación reduce el valor real de las remesas recibidas.
En términos sencillos, el economista explicó que los 100 dólares que hace algunos años representaban una cantidad considerable de productos ahora compran mucho menos debido a la apreciación del bolívar frente al dólar. Esta situación, que muchos venezolanos denominan como «inflación en dólares», no es más que una consecuencia de las distorsiones monetarias y cambiarias que persisten en el país.
«El dinero que antes enviaban los familiares compra mucho menos ahora. Esa es una de las grandes dificultades que enfrenta la población que depende de las remesas, y lo que pone aún más en evidencia la grave distorsión económica», apuntó Sutherland.
El rol de las remesas en la economía nacional
A pesar de estos obstáculos, las remesas siguen siendo esenciales para millones de venezolanos. Según los datos, una parte significativa de la población recibe remesas, las cuales se han convertido en un sustento básico para muchas familias. Sin embargo, la dependencia de este flujo de dinero también ha puesto en evidencia las limitaciones de la economía venezolana y la falta de un modelo que permita su recuperación a largo plazo.
Sutherland resaltó que, aunque las remesas han proporcionado un alivio momentáneo para las familias, la situación económica del país sigue siendo extremadamente frágil. El crecimiento económico, si bien positivo, sigue siendo insuficiente para enfrentar los desafíos estructurales que enfrenta la economía nacional.
El economista también indicó que la situación exige medidas urgentes para estabilizar la política monetaria y cambiaria, ya que solo de esta manera se podría asegurar que las remesas mantengan su valor y sigan siendo una fuente importante de sustento para la población.