Ante la mirada atónita de los críticos del fútbol el Balón de Oro del 2024 fue entregado al mediocampista del Manchester City, Rodri, cuando la mayoría del mundo del balompié daba seguro ganador al delantero del Real Madrid, Vinicius, quien ya había organizado un festejo a lo grande que tuvo que cancelar con tristeza propia y de su equipo.
En esta oportunidad los jueces centraron su favoritismo en quien es el responsable de organizar el juego, quien con maestría sabe manejar el balón en mitad del terreno y va tejiendo el movimiento hacia adelante consciente de que el goles producto de un trabajo en equipo, de controlar los espacios vacíos, de generar sincronía entre todos los jugadores y establecer un ritmo de juego que desequilibre las defensas contrarias para que al final, casi siempre, uno de los delanteros metal el gol que enardece a las tribunas,
Hay momentos en la política cuando el medio campo se hace más necesario y exigente, cuando el trabajo requiere de organización callada, de fomentar vínculos productivos entre todos los componentes del equipo, cuando los delanteros deben mantenerse de bajo perfil pero existe una gran voluntad de acción que debe guiarse con estrategias precisas que mantengan la pelota fuera del área de peligro.
El triunfo en el fútbol se planifica fuera de los micrófonos y de las cámaras, se prepara en la soledad de las fastidiosas reuniones de análisis y los monótonos entrenamientos, allí estorban los reflectores y las libretas de anotaciones de los reporteros, allí solamente funciona el acuerdo y el convencimiento de que sin un plan bien elaborado no habrá victoria posible.
Igual sucede en la política cuando los escenarios públicos están cerrados y se requiere de un trabajo de hormiguita que organice tareas de vinculación y compromiso, hacen falta mediocampistas que sin buscar el aplauso y los vítores del público armen juego, con paciencia, con motivación y solidaridad con el resto del equipo.
Le hace justicia el Balón de Oro entregado a Rodri a otros excelentes mediocampistas que nunca lo recibieron, como Gerson, Iniesta, Bekenbauer, para citar solamente a tres iconos, también representa este Balón de Oro un espaldarazo a Lionel Messi quien lo ha ganado ocho veces, en su doble rol de delantero y mediocampista.
En la política también hay muchos héroes que cumplen el papel de mediocampistas, este es su momento. Dios con nosotros.
Jorge Euclides Ramírez