Estimadísimos lectores en el largo trayecto en el cual he intentado ser útil, he buscado la sapiencia de profesionales y científicos como la de los doctores Juan Carlos Sánchez y de Rafael Javier Rodríguez Rodríguez tratando de despertar la “CONCIENCIA AMBIENTAL” más allá de la de los delincuentes (SOBRETODO LA DE LOS INVASORES DE OFICIO) que, por ignorancia, perversión, ansias de lucro avaro, en los funcionarios a quienes les compete hacer cumplir tres artículos de la Constitución Nacional y a una porción de leyes preservadoras de la vida, por estar destinados a proteger el ambiente, a ellos quiero hacer un llamado a reflexión para que cumplan con la responsabilidad aceptada a través de la autoridad asumida.
Por tanto, he de seguir transcribiendo las experiencias como la del Dr. Juan Carlos Sánchez plasmadas en el prólogo de la obra del Dr. Rafael Javier Rodríguez Rodríguez….
Cito:
… Cada vez que producimos y consumimos alimentos, agua, electrodomésticos, ropa, o nos movilizamos contribuimos a sobrecargar a la atmósfera de gases que retienen el calor. Ello es actualmente inevitable debido a que aproximadamente el 85% de la energía que se consume a escala mundial proviene de combustibles fósiles. En la sustitución de dichos combustibles por fuentes renovables de energía (solar, eólica, biomasa, etc.) pudiera estar buena parte de la solución del problema, pero esta sustitución no es posible a corto plazo debido a la magnitud del reemplazo requerido de las infraestructuras existentes de producción y consumo de energía y por las dimensiones de los costos implícitos, de manera tal que pudiera ser muy tarde esperar a lograr esta sustitución mientras el calentamiento global continúa creciendo. Por ello, mientras se desarrollan y despliegan las tecnologías de aprovechamiento de las fuentes renovables, se impone un esfuerzo de uso racional y eficiente de la energía, y he aquí que nos topamos con otra dificultad: ¿Cuántas de las personas que poseen un automóvil están dispuestas a cambiarlo por otro más pequeño y eficiente o a reducir su frecuencia de uso? ¿Cuántas empresas están dispuestas a realizar la inversión de capital para ser más eficientes, reducir sus emisiones de gases e internalizar los costos respectivos? ¿Estarían los consumidores suficientemente conscientes del problema como para aceptar pagar más por los bienes y servicios producidos con tecnologías y métodos que reducen las emisiones?
Obviamente aun no, pues no existe suficiente conciencia y en nuestro país ni siquiera existe suficiente información pública acerca de este problema.
El cambio climático, que forma parte de la crisis ambiental generalizada a la que debemos hacer frente, es esencialmente una crisis de conocimiento que tiene su origen en desviaciones éticas en la manera en que se han estado desarrollando y desplegando los conocimientos en la sociedad actual. Rafael Javier Rodríguez lo explica con gran claridad al abordar el tema del calentamiento global en este libro, lo cual por sí solo, hace que el mismo sea un documento además de interesante, necesario.
Quienes trabajamos estos temas desde la academia tenemos la responsabilidad de informar acerca de la gravedad del problema y elaborar análisis que contribuyan al desarrollo de soluciones definitivas.
Continúa el prologuista, doctor Juan Carlos Sánchez valorando, acertadamente positivo. el trabajo del doctor Rafael Javier Rodríguez al decir que este asume con determinación esta responsabilidad al presentarnos “El Cambio Climático una respuesta física al comportamiento humano” en el cual comparte sus reflexiones de la sociedad ante la crisis ambiental. Son reflexiones que parten de las raíces el problema y su análisis tanto en un contexto histórico como actual, para luego proponer un conjunto de orientaciones que cuestionan el carácter aislado y fragmentado de buena parte de las interpretaciones e iniciativas de solución que se han propuesto ensayado hasta el presente, y plantean un abordaje sistémico de la crisis, con un enfoque integral. Para ello recurre a la teoría de Gaia y a la teoría general de sistemas, permitiéndonos ampliar el campo visual acerca de este complejo problema.
CONTINUARÁ…
Maximiliano Pérez Apóstol