El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, instó a sus aliados a dejar de “observar” y tomar medidas antes de que las tropas de Corea del Norte desplegadas en Rusia lleguen al campo de batalla.
Zelenskyy planteó la posibilidad de un ataque preventivo ucraniano sobre los campamentos donde entrenan los efectivos norcoreanos y dijo que Kiev conoce su ubicación. Pero añadió que Ucrania no puede hacerlo sin el permiso de sus aliados para emplear armas de largo alcance fabricadas en Occidente contra objetivos dentro de Rusia.
“Pero en cambio (…) Estados Unidos está observando, Reino Unido está observando, Alemania está observando. Todos solo están esperando a que el ejército norcoreano también comience a atacar a los ucranianos”, dijo Zelenskyy en una publicación en la aplicación de mensajería Telegram el viernes por la noche.
Soldados norcoreanos en Rusia
El gobierno de Estados Unidos dijo el jueves que unos 8.000 soldados norcoreanos están ahora en la región rusa de Kursk, cerca de la frontera ucraniana, y se están alistando para ayudar al Kremlin a combatir contra las tropas ucranianas en los próximos días.
Los líderes occidentales han descrito el despliegue de tropas de Corea del Norte como una escalada significativa que podría alterar las relaciones en la región del Indo-Pacífico y abrir la puerta a transferencias de tecnología de Moscú a Pyongyang, que a su vez podrían aumentar la amenaza que representan las armas nucleares y el programa de misiles de la hermética nación.
La ministra de Exteriores norcoreana, Choe Son Hui, se reunió con su homólogo ruso en Moscú el viernes.
Ucrania alerta uso de armas
Los líderes ucranianos han dicho repetidamente que necesitan permiso para usar armas occidentales contra arsenales, aeródromos y bases militares lejos de la frontera para motivar a Rusia a que busque la paz. Los funcionarios de defensa de Washington respondieron alegando que los misiles son limitados en número, y que Kiev emplea ya sus propios drones de largo alcance para golpear objetivos más adentro de Rusia.
Moscú también ha indicado de forma consistente que consideraría cualquier ataque de este tipo como una escalada importante. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, advirtió el 12 de septiembre que Rusia estaría “en guerra” con Estados Unidos y con los estados de la OTAN si se aprueba la medida.