En un mundo cada vez más digitalizado, la desinformación se ha convertido en una epidemia global. Andrés Cañizález, director de Medianálisis, alertó sobre el acelerado crecimiento de las noticias falsas, potenciado por las redes sociales y la inteligencia artificial.
«Lo que estamos presenciando ahora es como una etapa repotenciada de la desinformación«, afirmó Cañizález. La facilidad con la que las noticias falsas se viralizan en plataformas digitales ha amplificado su impacto, llegando a influir en decisiones individuales y colectivas.
Las consecuencias de la desinformación son profundas y variadas. Cañizález destacó el caso de la pandemia de COVID-19, donde la circulación de información falsa sobre las vacunas generó un riesgo significativo para la salud pública. Asimismo, señaló que la desinformación sobre la migración puede manipular las percepciones y generar divisiones sociales.
Para combatir este problema, Cañizález enfatizó la importancia de fomentar una cultura de verificación y pensamiento crítico. «La desinformación solamente va a rendir frutos en la medida que haya ciudadanos críticos», afirmó. Sin embargo, reconoció que esta es una tarea compleja que requiere de esfuerzos educativos a largo plazo.