La crisis migratoria en América Central continúa intensificándose. Según datos oficiales del Servicio Nacional de Migración de Panamá, más de 196.813 venezolanos han cruzado la peligrosa selva del Darién en lo que va de 2024, buscando una mejor calidad de vida en Estados Unidos.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, alertó sobre el incremento exponencial de migrantes que atraviesan esta inhóspita región, destacando que la cifra podría aumentar aún más al cierre de octubre.
«Es un flujo migratorio sin precedentes que está poniendo a prueba nuestros sistemas de atención humanitaria», afirmó el mandatario.
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De acuerdo a una nota publicada por el portal web El Diario, además de los venezolanos, miles de ciudadanos de otras nacionalidades como colombianos, ecuatorianos, chinos y haitianos también han emprendido esta peligrosa travesía. La selva del Darién, conocida por sus condiciones extremas y la presencia de grupos criminales, se ha convertido en una de las rutas migratorias más mortíferas del mundo.
Ante esta situación, el gobierno panameño ha implementado diversas medidas para atender a los migrantes y controlar el flujo migratorio irregular. Se han establecido estaciones de recepción en la provincia de Darién para brindar asistencia humanitaria a quienes logran cruzar la selva, y se han intensificado los operativos de control en la frontera con Colombia.
Asimismo, detallan en la nota que Panamá y Estados Unidos han puesto en marcha un programa de repatriación de migrantes, con el objetivo de reducir la presión sobre los sistemas migratorios de ambos países. Sin embargo, el flujo migratorio continúa siendo elevado.
Con el fin de disuadir a los migrantes irregulares, el gobierno panameño ha establecido multas económicas para quienes ingresen al país por vías ilegales. Estas sanciones, que pueden llegar a los 5.000 dólares, buscan desalentar el cruce irregular de la frontera y garantizar el orden migratorio.