«Es de bien nacidos, ser agradecidos»
Miguel de Cervantes y Saavedra
Un engendro del mal.- En esta epístola me referiré a Larry Pastor quien se arrastra ante los jefes circunstanciales con tal de seguir robándose el patrimonio de la institución y mantener su hegemonía en los negocios sucios internos, al extremo si fuere necesario de sustituirse en Roxana para el baile del perrito. Larry Pastor o la bola del gas, con un trastorno alimentario compulsivo sufre de gula, y además ante su propia desvergüenza profesional y personal, y así se sepa un lambiscón pisoteado y como un condón usado, lo que le importa es la vanidad de sentirse importante y seguir robando, y tal como ha dejado correr la voz, a su jefe el campeón no se le salva nadie. Si hasta la “cristiana” Roxana pasó por ese sofá, nada le importa a Larry Pastor dejarse sodomizar por el jefe de turno, al fin y al cabo le gusta saltar de tejado y ahora está en otro techo. Su entrega del cargo en la institución ha tardado y postergado por peligroso tiempo y muchas cosas se pueden estar cociendo, no vaya a ser que Larry está hurtando más equipos de computación y otros etcéteras.
El delincuente traicionero Larry Pastor alias el satánico que mete las zancadillas.- Esta vil tarea se la asignó Julio el psicópata a la rata de Larry Pastor, para que les metiera zancadillas a las personas víctimas escogidas por su jefe el narcisista, luego de embaucarlas para en fingimiento ganarse su confianza y poder traicionarlas e inventarles faltas y delitos, para callarlas y dañarles la reputación porque en sus acuarelas psicológicas así lo planeaba con intención dolosa cuando se sabía descubierto por personas que lo hacían sentir incómodo al quedar expuesto en sus diversos delitos y era menester alejar a los observadores de las escenas del crimen o de la fuente de información a como diere lugar , estratagema que al final le quedó mal a Julio porque lo patearon del cargo junto a Elizabeth su suplemento narcisista. Y este satánico Larry Pastor se presta para las peores bajezas. Total es una mascota sinvergüenza, un servil acostumbrado a lamerles las suelas a los jefes así tenga que dañar el prestigio de otras personas o tenga que traicionar a quienes les finge amistad. No olvidemos que Larry Pastor sufre el síndrome Stephen Candie una patología mental y espiritual que lo hace creerse en jalabolismo extremo la personificación de su superior a quien considera su amo, en tanto esto le sirva para cometer injusticias en contra de otros, especialmente en contra de sus compañeros de trabajo. El trastorno de Candie hace parte de la condición humana. Es una transferencia social, arriesgada, y de consecuencias nefastas. Larry Pastor el satánico, con el objeto de ganarse la artificial admiración de su jefe circunstancial es capaz de las peores canalladas en contra de sus compañeros de trabajo y asume la denigrante posición de espía, infiltrándose entre la gente de bien y si no consigue nada que dañe a sus víctimas, entonces inventa vilezas. Y en esos cometidos es un igualado, que se toma excesivas confianzas en contra de sus víctimas y pretende minimizar a gente prestigiosa y de mayor profesionalismo que él. Con propiedad puede decirse que Larry Pastor el satánico, obedece órdenes por injustas y crueles que puedan ser porque padece igualmente del síndrome de obediencia a la autoridad, tan acertada y científicamente explicada en sus experimentos por Stanley Milgram (1963). La obediencia a la autoridad es la tendencia que la gente tiene de tratar de cumplir los deseos de sus superiores, incluso cuando entra en conflictos con juicios morales. Pero en el caso de Larry Pastor, éste no entra en conflicto con sus juicios morales porque es un idiota moral, una persona falsa, una mala persona, una persona inmoral. El experimento de la obediencia de Stanley Milgram (1963) examina hasta qué punto las personas están dispuestas a obedecer a las autoridades, aun cuando sus acciones puedan causar daño a otros. Esto es, en qué medida la influencia cumple un papel determinante. Inspirado por los juicios de Núremberg y los horrores del Holocausto, Milgram exploró cómo las personas pueden ser llevadas a realizar actos inhumanos bajo la influencia de órdenes de figuras de autoridad. Poco le importa a Larry Pastor el satánico, ejecutar órdenes inhumanas, inmorales y delictuales, si les son impartidas por su jefe.
Acostumbrado a hacer insana e ilegal injusticia por mano propia.- Bajo denuncias temerarias Larry Pastor mantiene encarcelados a unos jóvenes a quienes denunció falsamente y aprovechándose de su cargo, se ensañó en contra de unos padres de familia inocentes que tuvieron la mala suerte de tropezarse con el satánico, un tipejo que sabiéndose poca cosa, busca y persigue patológicamente ser reconocido como alguien de importancia y para ello construye e inventa las peores vilezas en contra de otros, con tal de figurar y de sentir poder, porque lo invade morbosamente el síndrome de hubris. Larry Pastor quiere palestra, quiere escenario para ser visto, porque es un personaje oscuro y la única manera que él ha encontrado para ser tomado en cuenta y dejar de ser invisibilizado es causando daños morales y éticos a otros y sentir que puede codearse de forma bizarra – en sentido anglo -, con sus víctimas a quienes los prefiere ver como poca cosa, siendo gente de prestigio y de canicie respetables , pero en sus fantasmagorías mentales Larry el satánico, se siente arrecho y alebrestado, en extremo frustrado cuando no se le toma en cuenta.
Se introdujo con artificios engañosos a mi hogar arguyendo verme como una figura paterna.- Así lo expresa una de las víctimas de “Larry Pastor el satánico”. Narra el embaucado y crédulo compañero de trabajo, que Larry se le presentó en su oficina expresando carecer de figura paterna y que al verlo a él, hubiera querido que fuera su padre. Con este ardid emocional, Larry Pastor se fue introduciendo soterrada y malévolamente, con un plan nefasto en la vida familiar y profesional de este señor que creyó y cayó inicialmente en sus trampas y celadas que tan miserablemente le tendió el servil esclavo satánico. Esta es la indigna tarea que le asignó su jefe el psicópata a Larry Pastor quien cuenta con todas las bajezas y características personales propias de una rata traidora, intrigante y mentirosa y siendo que Julio el narcisista sabe cómo detectar y reclutar monos voladores jalabolas que no se tengan amor propio, pudo ver en Larry Pastor a un tipejo de baja calaña que mendiga y se arrastra pidiendo reconocimiento, por lo que es capaz de ejecutar las tareas más sucias, despreciables e indignas. De tal modo que maliciosamente Larry Pastor se fue ganando el afecto paterno de su compañero de trabajo y empezó visitar la casa de éste y a codearse con sus hijos y en ello le pedía camisas, zapatos y corbatas que el satánico estrenaba en su trabajo y se ufanaba de usar ropa de marca que le quitaba con ardides a su compañero de labores. Nunca, teniendo como hacerlo, dice este hombre, me he arrepentido en regalar trajes y vestimentas a quien me lo pidiera por que los necesita de verdad, pero cuan arrepentido estoy de haberle regalado a Larry el satánico Pastor, camisas, corbatas y mis zapatos, creyendo en su bellaquería de que veía en mí una figura paterna. Cuando en realidad Larry es un espía enviado por Julio para conocer desde adentro mi vida familiar y mayores singularidades de mi personalidad. Al fin Larry el satánico Pastor complotado con Julio cometió en mí contra la traición y me quitaron el cargo que con decoro, honestidad y sabiduría venía ejerciendo. Y Larry Pastor dejó sin trabajo a un hombre bueno y a un profesional de altura, para congraciarse con su jefe de turno el psicópata Julio. Así lo narró el funcionario.
La envidia en contra de su tía.- Se sabe con propiedad que la remoción de su tía del cargo que venía ejerciendo en la institución fue debido a las intrigas insanas que por envidia materializó Larry Pastor para lograr que Julio le quitara el trabajo a esta honorable dama y profesional. Larry Pastor el satánico, hubo fraguado toda la trama y se regodeaba en su maldad al ver incluso a su tía caída hacia atrás como Condorito por la infamia que en su condición de esclavo espía Stephen Candie confabuló para que su tía no siguiera teniendo lo que él por ser un incapaz profesionalmente, mediocre y pirata, no ha logrado nunca ostentar. Recordamos el diálogo de la película, donde el esclavo Stephen Candie le dice a su amo. – Mire, amo, ese negro tiene un caballo. Al escucharlo, el amo responde: – ¿Y qué te importa? ¿Tú quieres un caballo, Stephen? El negro responde: – ¿Para qué quiero yo un caballo? Yo lo que quiero es que él no tenga uno. Tal cual Larry Pastor procedió en contra de su tía y en su caso no fue por querer el cargo de su tía, sino porque estaba convencido que nunca le darían ese cargo a él. Hoy día ese tipo de patología mental y espiritual tiene nombre, se le llama el síndrome de Stephen Candie, con base en la actuación del actor Samuel L Jackson en la película Django sin cadenas (2012). Pero además otras miserables motivaciones, egoístas, subterráneas, perversas y fútiles caracterizan el alma tóxica y envenenada de Larry Pastor en contra de su tía y en perjuicio de cualquier otro ser humano sobre el que reciba órdenes para dañarlo o por propia envidia e inseguridad profesional decida ningunearlo, porque es que el satánico es un igualado, es de esas personas que se comportan como si pertenecieran a una clase social más alta o que se toma derechos, privilegios o atribuciones que no le corresponden, especialmente en su forma de interactuar con otros y por actuar de manera descortés o arrogante.
El coronel por ósmosis y una lluvia de mangos.- Sus vecinos desprecian al satánico Larry Pastor, porque es un “hediondo” con ínfulas de grandeza, que se le suben los humos a la cabeza porque cree que es un coronel por ósmosis al asumir que por trabajar para un coronel entonces ya él también es un coronel o mejor un general. Pero solo tienen que verlo cuando entra al despacho del coronel, metiendo y apretando el culo, con la cabeza gacha y con el rabo entre las piernas en señal de sumisión, pero en patética adulación y jalabolismo al jefe, que causa lástima y pena ajena. El satánico Larry Pastor es un envalentonado, es un alzado e insolente, con vulgar vocabulario y comportamiento, que oculta en algunos escenarios, pero que usa maléficamente en contra de sus víctimas; mientras aflora su condición pusilánime cuando otro más malandrín lo reta. Larry el satánico está lleno de cicatrices queloides en su afán por borrar los tatuajes o las huellas que son las pruebas de sus tiempos de pandillero abiertamente a la luz de todos, porque ahora simula ser un hombre de bien que no lo es, porque aún sigue siendo un pandillero de bajo perfil. No obstante su blofeo y su osadía de querer llevar a su terreno vulgar a personas dignas y honorables, a respetables profesionales que por su canicie y sabiduría son ética y moralmente superiores a él; también ha conseguido la horma de su zapato y hay quienes lo detestan y se le han enfrentado. Anecdóticos fueron los sucesos de una noche que bombardearon su casa con una lluvia de mangos a manera de meteoritos, porque tenía hastiados a sus vecinos y decidieron acoquinarlo, dada su enfermiza y retadora altivez de infamante conducta con los demás .Esa noche narra el funcionario al que tenía engañado y le fingía amistad y un falaz respeto al decir de él como si fuera su padre, Larry Pastor llegó atolondrado, lleno de terror, casi llorando y desesperado, pidiendo ayuda y protección, para que su compañero de trabajo lo amparara del ataque de los vecinos y el incauto pero noble señor le prestó ayuda y logró que a Larry Pastor lo respetaran sus vecinos. Pero Larry Pastor es un disfraz de persona que usa a otros convenientemente, no guarda agradecimiento ni lealtad a nadie, sólo retorcidamente cuida las apariencias perecederamente hasta que consigue lo que quiere o logra sus intereses personales. No olvidemos que el satánico Larry Pastor se infiltró en la vida de este compañero de trabajo para causarle daño y fue enviado a esas fechorías por Julio el psicópata. Y Larry le guardaba lealtad suspensiva a Julio el psicópata en la medida que pudiera sacarle provecho a esa relación de subordinación, atiborrándose de dinero negro y de los bienes que hurta de la institución con los cuales se paga y se da el vuelto. Pero el día en que destituyeron a Julio, fue Larry Pastor quien avisó a todos de esa tan esperada noticia. El satánico Larry Pastor se encargó de propagar la ansiada noticia de la destitución del psicópata Julio Vásquez y muchos aún guardan las notas de voz, los mensajes escritos y las llamadas que demuestran la traición de Larry Pastor a Julio el psicópata, por eso de que a rey muerto, rey puesto. Ahora las lealtades interesadas las traslada a su nuevo amo el campeón.
El convenientemente desmemoriado Larry Pastor el satánico, un engendro desagradecido.- No tiene Larry Pastor un amigo verdadero, carece de alguien a quien le importe sinceramente como persona, y en una noche desdichada de urgencias, sólo contó con su compañero de trabajo a quien había infiltrado maliciosamente para causarle daños y afrentas e inventar causas falsas para que le quitaran el trabajo, todo por orden de Julio el psicópata. Entonces Larry Pastor llama a su engañado padre postizo, paradójicamente pide auxilio a su víctima para que lo salve. !Por favor venga a buscarme que me he accidentado con mi motocicleta, he caído en una boca de visita destapada y me he partido el brazo!. Esa noche, el compañero de trabajo realmente conmovido por aquel hombre a quien le creía que hablaba con sinceridad al decirle que llenaba su necesidad de padre, fue y lo rescató; no solo lo sacó del hueco en el que había caído y puso a buen resguardo la motocicleta en la que el accidentado iba, sino que además lo llevó en su automóvil al hospital donde veló por él hasta el amanecer del otro día sin que mediara la propia sangre sino el auxilio a un hombre herido, y después que fue atendido y que le entablillaron con yeso el brazo y le colocaran un cabestrillo, lo llevó a su casa y como buen samaritano se cercioró de dejarlo a salvo en manos de su mujer quien en ningún momento se molestó en ir al hospital. Al parecer estos actos de socorro, de bondad y de hermandad a su favor, no anidaron en el alma ni en la mente del satánico Larry Pastor, quien mantuvo el enfoque insano de destruir a su samaritano y pagar mal por el bien recibido, porque tenía fijadas las gríngolas en las órdenes de Julio el psicópata, las cuales eran despojar malamente de su trabajo y de su cargo a este buen hombre que crédulo solo lo trató con hermandad cristiana. De modo que olvidando todo el bien recibido Larry Pastor el satánico mostró su odio y su enemistad abiertamente a su benefactor y buen samaritano, irrespetándolo, enviándole mensajes satánicos, difamantes, injuriosos, burleteros y desafiantes para en su perversión de igualado mostrar altivez y suficiencia, convencido de estar por encima del hombre que aquella noche de desgracia lo salvó de la orfandad de la calle. A veces no queremos advertir en los otros sus defectos, cegados por apariencias , por la mentira y o por un falso halo, por lo que llevó tiempo descubrir a Larry Pastor, un tipejo envidioso, escandaloso, brollero y chismoso como una comadre de barrio, sin valores ni principios éticos, sin buena cultura ni buen ejemplo paterno, que hasta se adueñó para sí con la heredad de la casa materna en perjuicio de sus hermanos. Pero, ¿Qué otra cosa puede esperarse de un satánico?.
La gratitud es la menor de las virtudes, pero la ingratitud es el peor de los vicios.
Thomas Fuller
Dr. Crisanto Gregorio León