A la Corte Penal Internacional, a la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos y a otras instancias les corresponderá ocuparse del caso de la extraña muerte de Edwin Santos, dirigente de Voluntad Popular y quien participó en las elecciones presidenciales del 28 de julio, porque hasta ahora las autoridades venezolanas, que han debido realizar una exhaustiva investigación con base a las denuncias de familiares y del vicario parroquial Gerardo Rosales, el mencionado ciudadano fue sorprendido por individuos que lo secuestraron y lo sometieron, para llevárselo en una camioneta; y, por tanto, no están de acuerdo con la versión de que haya muerto en un accidente de moto.
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De esta forma se expresa el exparlamentario Pedro Pablo Alcántara, del grupo Boston, quien al suministrar declaraciones a El Impulso refiere que personas muy bien informadas de Apure se habían comunicado con él para indicarle que cuando circuló la información del secuestro de Santos, de 36 años, locutor de la radio Fe y Alegría, casado y padre de dos gemelos de 8 años, destacado luchador social y como tal muy apreciado por las comunidades apureñas, hubo gran preocupación en el sector conocido como Nula.
Amigos, vecinos y compañeros de la Plataforma Unitaria se dieron a la tarea de recorrer una vasta zona del Apure, ya que el hecho ocurrió en un sector limítrofe con los estados Barinas y Táchira. Esa es una zona donde el ELN (organización de guerrilleros colombianos que desde hace muchos años opera en los tres estados mencionados) tiene control territorial. Durante tres días decenas de personas interesadas en conocer el paradero de Santos “peinaron” el sector, sospechando que el desaparecido pudiera haber sido víctima de los secuestradores. Y cuando ocurre un hecho de esa naturaleza generalmente la presencia de zamuros evidencia la existencia de cuerpos descompuestos; pero, nada de eso se pudo apreciar.
La búsqueda se paraliza cuando surgió una información no confirmada que Santos había sido llevado detenido por sus opresores en Guadualito. La esposa de Santos y el vicario parroquial pidieron públicamente la fe de vida del detenido, motivo por el cual causó una gran impresión que el cadáver, muy maltratado con presuntas evidencias de torturas, haya sido encontrado al pie de un puente, supuestamente muerto a causa de lesiones sufridas en un accidente de moto.
Lo que llama la atención es que el director del organismo de investigación policial, desde Caracas, sin haber visitado la zona, salga diciendo que lo que ocurrió fue un accidente y que quien diga lo contrario corre el riesgo de que se le abra una investigación.
Esto es absurdo, dice Alcántara. El director del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas lo que tiene que hacer es ordenar una exhaustiva investigación porque esa es su responsabilidad, ya que él es un funcionario que no tiene facultades de pontificar, sino de investigar a fondo, máxime cuando hay denuncias muy serias que indican claramente que Santos fue detenido por elementos supuestamente policiales. Y debe hacerlo porque Venezuela está en la mira de los organismos oficiales, especialmente la Corte Penal Internacional, que investiga casos de crímenes de lesa humanidad, los cuales no prescriben y cuyos autores tienen que ser juzgados tarde o temprano, porque la justicia se impondrá contra los criminales, sostiene Alcántara.
