Trabajo de www.lamananadigital.com
La Federación Venezolana de Maestros (FVM) estimó que entre el año 2015 y 2024, alrededor de 1.000 docentes se han marchado del país o han cambiado de oficio por los bajos salarios y la situación en Venezuela.
La presidenta de la Federación, Carmen Teresa Márquez, puntualizó que en los últimos nueve años muchos de los maestros «se fueron del país, otros se fueron a los colegios privados, otros están haciendo otros oficios como peluquería, repostería, amas de casa, etc».
Por su parte, la secretaria general de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), Leyla Escobar, acotó a La Voz de América (VOA) que es una «calamidad» lo que está ocurriendo en el sector educativo venezolano.
«Hay muchos otros docentes que no se fueron del país, que están aquí, que están arreglando pelo, haciendo torta, cortando uñas. Se fueron a otro oficio que les da más (remuneración) que estar en un aula de clases», apuntó.
Jubilados se niegan a volver a las aulas
A causa de la deserción de los profesionales de la educación, el Gobierno nacional propuso a los jubilados del sector volver a las aulas. Héctor Rodríguez, ministro de educación, propuso la resolución de volver a los centros educativos públicos, ante el déficit de maestros.
En un trabajo de investigación de VOA, una profesora jubilada manifestó que “¿cómo vamos a ir a trabajar? ¿Para que nos paguen cinco dólares mensuales? (…) Me parece hasta un insulto; yo puedo tener amor a mi profesión, yo la amo, y en el lugar donde yo vivo hay necesidad de profesores en todas las áreas, pero ¿Cómo vamos a trabajar así?”.
De acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), el salario promedio de un docente al mes es de unos 21 dólares al cambio oficial.
Para la mujer de 60 años, es un «mal chiste» la propuesta del Gobierno.
“Al principio de mi jubilación (2011) aún me podía sostener un poco con el sueldo que estaba devengado de la jubilación, pero al pasar el tiempo se fue complicando todo económicamente en el país, tuve que optar por volver a empezar a trabajar”, recalcó.
Puntualizó que, a causa de la situación económica del país comenzó a dar clases privadas en su casa a niños y adolescentes. «Pero, ¿regresar a la escuela pública? No».
“Ni que una persona tenga ganas de hacerlo lo puede hacer, porque no puede. O sea, nosotros tenemos muchas necesidades, estamos física y mentalmente agotados, porque también esta situación ha calado en nuestra mente y espíritu. Una persona joven tampoco va adquirir ese trabajo, prefiere hacer otra cosa porque el sueldo que pagan ni siquiera da para un autobús para llegar al aula”, reseñó.