Un nuevo informe de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) ha revelado una alarmante realidad: el 70% de los casos de violencia de género en la frontera entre Colombia y Venezuela son perpetrados contra menores de edad. Esta situación, agravada por el conflicto armado y la presencia de grupos armados ilegales, ha convertido a la región en una de las más peligrosas para niñas y adolescentes.
La investigación, realizada con el apoyo de la Embajada de Canadá en Colombia, pone de manifiesto la gravedad de la situación en departamentos como Arauca y Norte de Santander, donde la violencia machista, el reclutamiento forzado y otros delitos se han convertido en una constante amenaza para la población civil.
Violencia de género: una epidemia en la frontera
Los datos del informe son contundentes: en Arauca, el tercer departamento con mayor tasa de violencia machista del país, el 70% de las víctimas son menores de edad. Además, se ha registrado un aumento significativo de los casos de lesiones no fatales, lo que indica que la violencia física contra mujeres y niñas es cada vez más frecuente.
En Norte de Santander, la situación es igualmente preocupante. Las cifras de la Defensoría del Pueblo y del Instituto Nacional de Medicina Legal revelan un incremento constante de los casos de violencia de género, especialmente contra niñas y adolescentes.
Reclutamiento forzado: una amenaza latente
La ONG denuncia que el reclutamiento forzado de menores por parte de grupos armados ilegales es otro de los graves problemas que afecta a la población de la frontera. Los niños y adolescentes son obligados a participar en actividades armadas, sometidos a todo tipo de abusos y explotados.
La región del Catatumbo, en Norte de Santander, es una de las más afectadas por este fenómeno. La presencia de grupos armados como el ELN y las disidencias de las FARC ha generado un clima de terror y ha obligado a muchas familias a desplazarse de sus hogares.