Con una profunda sensación de incertidumbre, los docentes venezolanos iniciaron un nuevo año escolar. A pesar de las promesas gubernamentales de mejorar sus condiciones laborales, la realidad es muy distinta.
Los maestros esperan con escepticismo que las promesas sean cumplidas, pues han sido testigos de innumerables incumplimientos en el pasado. La deuda salarial, la falta de recursos y las precarias condiciones de trabajo siguen siendo una constante en el día a día de estos profesionales.
La profesora Gricelda Sánchez, dirigente sindical del sector educativo, asegura que «la situación de los docentes es insostenible. Los bajos salarios, la falta de recursos y el acoso laboral nos han llevado al límite». La gremialista considera, que lo peor que pueda pasar es que se repita que las promesas gubernamentales dejen las mismas necesidades insatisfechas.
La experiencia previa de incumplimiento del contrato colectivo, la falta de aumento salarial significativo y la persistencia de malas condiciones laborales han minado la confianza de los docentes en las declaraciones de las autoridades.
El incumplimiento del contrato colectivo desde 2018 ha generado una deuda salarial que afecta directamente a los docentes
venezolanos, quienes desempeñan una función fundamental en la educación del país. La implementación de medidas como el memorándum circular 2792 y el Instructivo ONAPRE ha empeorado la situación, reduciendo sus ingresos y generando una mayor inestabilidad laboral, lo que a su vez impacta negativamente en la calidad de la educación.
“Los docentes venezolanos se encuentran atrapados en una encrucijada emocional, oscilando entre la esperanza de que las promesas gubernamentales se cumplan y la dura realidad de una situación laboral y económica crítica”, aseveró Sánchez.
La combinación de incumplimiento del contrato colectivo, inflación galopante y devaluación de la moneda ha reducido drásticamente el poder adquisitivo de los docentes, comprometiendo severamente su calidad de vida y dificultando el cumplimiento de sus necesidades básicas.
Promesas en medio del acoso laboral
A pesar de los anuncios del gobierno sobre programas sociales para el sector educativo, la realidad de los docentes venezolanos sigue siendo alarmante. Si bien se prometen mejoras en salud, vivienda, crédito y otros beneficios, en la práctica persisten los problemas de carencia económica y sumado el acoso laboral a través de la normalización radical de los horarios de clases.
Los bajos salarios han impulsado a los educadores a buscar otras fuentes de ingresos, como los horarios de contingencia, lo que demuestra la difícil situación económica que enfrentan. Además, a pesar de que el último contrato colectivo firmado estipulaba una contribución para el inicio del año escolar, esta no se ha pagado adecuadamente, lo que ha dificultado que muchos docentes puedan costear útiles escolares y uniformes para sus hijos.
María, maestra de primaria con 20 años de experiencia, ha visto cómo su salario ha perdido drásticamente su valor en los últimos años. A pesar de su vocación, se siente obligada a buscar un segundo empleo para poder alimentar a sus hijos. Su historia es la de miles de docentes venezolanos que enfrentan una crisis sin precedentes, marcada por bajos salarios, falta de recursos y un constante acoso laboral.
Los maestros esperan con escepticismo que las promesas gubernamentales se conviertan en hechos, pero la falta de acciones concretas y efectivas para abordar las problemáticas del sector educativo alimenta el desencanto.
Aunque se ha anunciado la reincorporación de más de 200 mil docentes que habían desertado debido a los bajos salarios y la promesa de programas de salud, vivienda y créditos, la realidad no parece haber cambiado de manera sustancial.
Un reciente estudio revela que más del 60% de los docentes considera abandonar la profesión debido a las precarias condiciones laborales.
Los docentes siguen experimentando acoso laboral y condiciones adversas, lo que puede continuar impulsando la deserción de profesionales en el sector educativo.
Como educadora, reitero que Héctor Rodríguez debe ofrecer una respuesta inmediata y contundente a los maestros y al pueblo venezolano en términos salariales y contractuales, incluyendo el cese del acoso laboral para asegurar la paz laboral y escolar. Es esencial que el Gobierno escuche al gremio docente, atienda nuestras demandas y adopte medidas urgentes. Cada docente tiene una historia de lucha y sacrificio. Es hora de reconocer su invaluable contribución a la sociedad y garantizar que puedan ejercer su profesión con dignidad y respeto», precisó.