Una banda de precios a nivel del productor de maíz entre 0,36 y 0,38 dólares por kilogramo, habrían acordado en una reunión con los agricultores, revela La Confederación de Asociaciones y Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro)
Sin embargo, a través de un comunicado publicado en sus redes sociales, Fedeagro asegura que el mencionado acuerdo ha sido ignorado por la industria.
Ya arrancó la recepción de maíz a precios muy por debajo de los acordados y con pago en bolívares, resultando una singular anarquía.
Desde el punto de vista de los costos de producción los agricultores, han confrontado un crecimiento sostenido de los insumos y servicios agrícolas; tanto en bolívares, como en dólares. Una hectárea de maíz en este ciclo superó los 1.500 dólares. Este costo supone obtener un rendimiento de 4.000 Kg/ha (superior al promedio nacional) para alcanzar el punto de equilibrio.
El precio al productor de maíz en los últimos tres años ha venido cayendo sistemáticamente; en efecto, la industria que mejor pagó el maíz (empresas Polar) recibió en sus plantas a 0,40 $/kg en 2021, 0,36 $/kg en 2022 y 0.34 $/kg en 2023, el resto de empresas pagaron por debajo de estos montos. Para esta cosecha Polar anunció pagar 0.315 $/kg.
A continuación el texto del comunicado de Fedeagro:
Planteamientos de Fedeagro acerca de la problemática surgida con la comercialización del maíz de producción nacional.
I.- Importancia del cultivo maíz en Venezuela El maíz es el rubro más importante de la agricultura del país, contribuye con alrededor del 36% del Valor de la Producción Agrícola Vegetal (VPA) y el 16% del VPA total. Se cultiva en toda la geografía nacional en más de 150.000 explotaciones, genera empleo y encadenamientos hacia atrás y hacia delante en la cadena de valor y aporta el 32% de las calorías y el 14% de las proteínas totales requeridas por el venezolano promedio. Sin lugar a dudas de cómo le vaya el maíz, le va a la agricultura venezolana.
II.- Evolución reciente del cultivo del maíz en Venezuela
La producción de maíz, entre 1998 y 2008, mostró un ritmo de crecimiento acelerado, en el año 2008 se obtuvo la producción récord histórica (2.995.000 t, según MAT). A partir de ese año se inicia un descenso sostenido hasta el 2019, cuando se producen 450.000t (cifra Fedeagro), equivalente a la producción registrada seis décadas atrás.
A partir del 2020 la producción detuvo la caída y evolucionó alcanzando en 2023 una producción de 1.033.000 toneladas (cifra Fedeagro). La liberación de controles (precios y cambio), el acceso a insumos importados, un régimen de lluvias favorable y la tenacidad de los agricultores venezolanos se conjugaron para obtener los resultados del último cuatrienio.
La producción interna, cubre alrededor del 34% de la demanda de la industria de harina precocida y de alimentos balanceados para animales, debiendo recurrirse a las importaciones para satisfacer el consumo aparente nacional en los dos tipos de maíces que producimos (blanco y amarillo).
III.-Los precios internacionales del maíz, implicaciones en lo interno.
El precio internacional del maíz (blanco y amarillo) registra una caída sostenida por espacio de más de un año. En el caso del maíz amarillo abundantes cosechas en países exportadores (Brasil, Argentina, Ucrania), reducción de las importaciones de países como China, menos uso del Bioetanol del maíz, entre otros factores, han contribuido al sostenimiento de esa tendencia.
En el caso del maíz blanco la caída del precio es menos pronunciada; en efecto, entre septiembre de 2023 y septiembre de 24, el precio cayó un 8%, comparado con un -19 %del maíz amarillo.
El Costo alterno de importación del maíz blanco, puesto en Puerto cabello (precio en bolsa de chicago +flete marítimo + prima + seguro + costo de internación + aranceles) para el 13 de septiembre se ubicó USD 369,3/ tonelada.
En Venezuela en 2024, la industria nacional; tanto procesadora de maíz blanco para la fabricación de harina precocida, como la de alimentos balanceados para animales, ha aprovechado la caída de los precios internacionales para abastecerse de materia prima importada. Se estima que en lo que va de año ha ingresado por Puerto cabello cerca de un millón de toneladas de maíz (70% amarillo y 30% blanco), por un valor aproximado CIF de 240$/t el amarillo y 270 $/t el blanco.
Es importante precisar que el maíz nacional tiene un mejor rendimiento en molienda con relación el importado, hecho ignorado al imponer el precio al productor nacional.
IV.- Precio interno y costos de producción de maíz en el país. Con relación a este tema es importante señalar que en Venezuela el agricultor de maíz, siembra a ciegas, sin conocer el precio al cual va a vender y sin tener ninguna influencia en ese precio, el cual conocerá alrededor de 100 días después de la siembra, cuando ya ha incursionado en costos y ha asumido riesgos financieros o invertido su capital propio.
El precio al productor de maíz en los últimos tres años ha venido cayendo sistemáticamente; en efecto, la industria que mejor pagó el maíz (empresas Polar) recibió en sus plantas a 0,40 $/kg en 2021, 0,36 $/kg en 2022 y 0.34 $/kg en 2023, el resto de empresas pagaron por debajo de estos montos. Para esta cosecha Polar anunció pagar 0.315 $/kg.
Desde el punto de vista de los costos de producción los agricultores, han confrontado un crecimiento sostenido de los insumos y servicios agrícolas; tanto en bolívares, como en dólares. Una hectárea de maíz en este ciclo superó los 1.500 dólares. Este costo supone obtener un rendimiento de 4.000 Kg/ha (superior al promedio nacional) para alcanzar el punto de equilibrio.
Si se llegara a materializar el precio ofrecido por Polar de 0.315 $/kg y el productor alcanzara 4.000 kg/ha (por encima del promedio nacional) obtendría 1.260 $/ha, perdiendo 240 $/ha. y solo sobrevivirían los agricultores elites con altos rendimientos debido a que el productor, distinto al industrial, no puede trasladar el crecimiento de sus costos al precio de su producto (se lo impone la agroindustria).
V.- Pago en dólares vs pago en bolívares
Las consideraciones anteriores suponen el pago en dólares al agricultor por su maíz; pero la industria paga en bolívares y los agricultores no pueden cambiar los bolívares por dólares a la tasa oficial y deben cambiar en el mercado paralelo que exige en promedio un 20% más de bolívares por dólar, por otra parte, el productor compra los insumos y servicios requeridos para su explotación a dólar paralelo. En resumen, el productor por el diferencial cambiario pierde alrededor de un 20% de su ingreso.Es importante señalar que, en 2023 el pago en bolívares al productor impacto en menor cuantía el ingreso al agricultor, por cuanto el diferencial cambiario entre el dólar oficial y el paralelo osciló durante ese año alrededor del 5%.
VI.- La intervención del Ejecutivo alrededor del tema.
Los productores de maíz han expresado su inconformidad con esta situación. En Fedeagro hemos venido alertando a las autoridades públicas sobre el problema y el recién nombradoministro de agricultura inició su gestión convocando a representantes de los agricultores e industriales a reuniones para alcanzar acuerdos.
En la reunión con los agricultores se acordó establecer una banda de precios a nivel del productor de maíz, entre 0.36 y 0.38 $/kg. Este acuerdo ha sido ignorado por la industria.
Ya arrancó la recepción de maíz a precios muy por debajo de los acordados y con pago en bolívares, resultando una singular anarquía.
VII.- Que proponemos
Es importante que el gobierno actúe y llame la atención de la industria sobre el sacrificio que hace el país si no acoge el acuerdo alcanzado con los productores y de no tomar en cuenta este llamado, instrumente las acciones que tiene a su disposición: aranceles, contingentes OMC, precios de sustentación, exoneraciones, cupos, entre otros.
En Fedeagro hemos planteado alrededor del tema, adoptar el costo alterno de importación como precio referencial para el mercado interno, aplicando un sistema de estabilización de precios de importación que implique derechos variables adicionales si el precio internacional se ubica por debajo de un precio piso y descuentos arancelarios si el precio internacional se ubica por encima del precio techo de una franja construida con mediciones periódicas del mercado internacional.
Otras propuestas que hemos adelantado son: la creación de un fondo para el desarrollo del maíz que pudiera compensar las caídas de precios internacionales, la agricultura de contrato, previa a la siembra, y acuerdos de competitividad entre los actores de la cadena agroalimentaria de este cereal.
Como quiera que la implantación de estas propuestas requiere un tiempo de maduración y la cosecha de maíz ya se inició, y si el gobierno considera mantener los precios a nivel del consumidor, proponemos subsidiar el consumo, en cabeza de actores distinto a los agricultores y evitar el perjuicio que está impactando negativamente a los productores de maíz.