En la evolución hacia las ciudades inteligentes, la planificación estratégica territorial se ha convertido en un pilar esencial para garantizar un crecimiento equilibrado y sostenible. La ISO 37120, un estándar internacional que establece indicadores para medir el desempeño de los servicios de la ciudad y la calidad de vida, juega un papel fundamental en este proceso. Esta norma permite a las ciudades evaluar su progreso en áreas clave como la movilidad, el acceso a servicios, la energía y el medio ambiente, asegurando que las decisiones estratégicas estén basadas en datos consistentes y comparables.
El uso de la ISO 37120 en ciudades inteligentes permite a los planificadores territoriales tomar decisiones informadas, utilizando tecnologías como el análisis de big data y sistemas de información geográfica (SIG) para optimizar el uso del suelo, los recursos energéticos y el transporte público. Un ejemplo práctico de su implementación en el estado Lara podría ser la creación de una red de transporte público inteligente que, a través de la recopilación de datos en tiempo real, optimice las rutas de autobuses y reduzca los tiempos de espera. Esto no solo mejoraría la movilidad territorial, sino que también reduciría las emisiones de carbono y mejoraría la calidad del aire.
Mi experiencia en la aplicación de estándares internacionales como la ISO 37120 me permite ratificar la posibilidad y la importancia de implementar estos principios en el estado Lara. Estos indicadores no solo ofrecen una base sólida para medir la eficiencia de los servicios territoriales, sino que también promueven la transparencia y el desarrollo sostenible. Aplicar la ISO 37120 en Barquisimeto, por ejemplo, facilitaría la toma de decisiones estratégicas que garanticen un desarrollo territorial que respete la equidad social y la sostenibilidad medioambiental.
Al adoptar la ISO 37120 en la planificación territorial en Lara, se podría asegurar un crecimiento alineado con los principios de las ciudades inteligentes, creando una comunidad resiliente, inclusiva y sostenible. Esto permitiría a la región no solo mejorar su calidad de vida, sino también convertirse en un modelo a seguir para otras ciudades en desarrollo.
Dr. Roberto Ramírez Basterrechea