Trabajo de www.radiofeyalegrianoticias.com
Unas 735 millones de personas sufren hambruna en el mundo y la pérdida de alimentos contribuye a unos de los problemas que atenta contra la vida de los seres humanos.
En Venezuela, las malas condiciones agrícolas, de transporte y la escasez de combustible producen pérdidas de hasta el 50% de la producción alimentaria.
La profesora de la Universidad de los Andes, Luisa Elena Molina, es integrante del Centro de Investigación Agroalimentaria y del Instituto de Geografía. Durante el programa Háblame Bajito, que transmite Radio Fe y Alegría Noticias, explicó el contexto de pérdidas de alimentos en el país y lo que se podría hacer para mejorar la situación.
La pérdida de alimentos se entiende como aquellos descartes que se realizan a los alimentos en cualquiera de las cadenas de producción o distribución, sobre todo aquellas que transportan productos frescos.
Por ejemplo, los productores de vegetales son los que más tienen pérdidas en el proceso de siembra, cosecha y venta al detal, explicó la profesora.
Otros elementos que inciden en este problema, según la entrevistada, son la mala vialidad agrícola, la imposibilidad de transportar desde los campos y los altos precios que las familias no pueden pagar.
En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO) insiste en que si se logra disminuir la pérdida de alimentos, el impacto en la reducción del hambre puede ser notable en muchos países.
Pérdida y desperdicios
La profesora Molina explicó que existe una diferente entre la pérdida y los desperdicios de alimentos, que es importante tener en cuenta a la hora de diseñar políticas públicas.
Por un lado, la pérdida se refiere a los desechos que naturalmente dejan algunos alimentos y que podría utilizarse para activar la economía circular.
Por ejemplo, el plátano o los cambures, las conchas representan una oportunidad para crear abono u otro producto. Igualmente, los desperdicios
En cambio, los desperdicios son aquellos que las personas dejan en los platos servidos. Cuando una familia acostumbra a servirse más de lo que realmente se come y el resto lo bota a la basura.
Desperdicios en Venezuela
En el caso de Venezuela, a diferencia de otros países, la pérdida de alimentos es casi inexistente. Por el contrario, lo que existe es carencia de proteínas y de vegetales.
Aunque se están produciendo pérdidas en las cadenas de distribución de alimentos por problemas asociados a la vialidad y la refrigeración de alimentos, lo que hace que los vegetales no duren tanto en las viviendas.
De igual forma, la mala calidad de los productos de los programas sociales, como los del CLAP, hace que existan otras pérdidas de alimentos en el país.
En algunas cadenas de producción, como la de los vegetales, las pérdidas pueden alcanzar entre el 30 y el 50 por ciento.
¿Cómo se disminuye la pérdida de alimentos?
Se pueden implementar diversas estrategias para bajar la cantidad de comida que se bota.
Por un lado, se pueden mejorar las condiciones de trasladados para evitar que los alimentos se pudran en el camino. También se puede aprovechar los alimentos procesados que no están aptos para la venta en supermercados.
La profesora recordó la emergencia humanitaria compleja y la época de la escasez absoluta de alimentos y de cómo los venezolanos llegaron a consumir alimentos a los que no estaban acostumbrados.
Molina mencionó que en Mérida se llegó a vender hasta las espinas de pescado. Después de la etapa de crisis alimentaria, muchos hogares siguen padeciendo la escasez de alimentos, sobre todo de proteínas.
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