La mayoría del flujo migratorio que diariamente atraviesa la frontera del Táchira hacia el Norte de Santander, es liderada por venezolanos de entre 30 y 40 años de edad, con destino a la peligrosa Selva del Darién y poder llegar posteriormente a Estados Unidos.
Mediante una entrevista para el diario La Nación, Román, uno de los miles de migrantes venezolanos que escapan de su país, destacó en su testimonio que su madre se quedaba en Maracay, estado Aragua, mientras él se establecía en el extranjero.
Del mismo modo, expresó que «espera llegar a Estados Unidos, pero primero deberá enfrentarse a los peligros de la selva, un trayecto muy usado por los migrantes que intentan alcanzar el sueño americano”.
Más de mil venezolanos cruzan la frontera con el Norte de Santander a diario
La frontera entre Colombia y Venezuela continúa siendo un punto de cruce constante para miles de ciudadanos venezolanos que buscan nuevas oportunidades o reunirse con familiares en territorio colombiano. Según datos oficiales, un promedio de 1.200 personas cruzan diariamente desde Venezuela hacia el departamento de Norte de Santander.
Giovanni Robayo, jefe de operaciones de la terminal de transporte de Cúcuta, confirmó esta cifra y detalló que la mayoría de los migrantes venezolanos llegan con pasaporte sellado y un considerable volumen de equipaje. «Son viajes prolongados en los que muchas veces no retornan a su país» indicó Robayo.
Migrantes en la Selva del Darién
El Servicio Nacional de Migración de Panamá ha revelado que desde el comienzo del año hasta el mes de junio del 2024, 174.513 migrantes han atravesado la densa y peligrosa selva del Darién, buscando nuevas oportunidades más allá de las fronteras panameñas. Tan solo en los primeros seis días de junio, se registró la llegada de 4.499 personas, compuestas por 3.598 adultos y 901 menores.
Este fenómeno migratorio, que alguna vez fue considerado una travesía casi imposible debido a la naturaleza inhóspita del tapón del Darién, ahora ve un incremento constante de personas dispuestas a enfrentar sus riesgos. En el año anterior, la cifra alcanzó más de medio millón, con la mayoría aspirando a continuar su viaje hacia los Estados Unidos.