OBU revela la dramática situación de las universidades venezolanas, con una disminución significativa de la matrícula y la planta docente, además de una creciente intención de los estudiantes y profesores de abandonar el país
La educación superior en Venezuela atraviesa una de las crisis más profundas de su historia. Un reciente estudio del Observatorio de Universidades (OBU) revela un panorama desolador, donde las condiciones de vida de profesores y estudiantes se han deteriorado drásticamente, y la infraestructura de las instituciones educativas se encuentra en estado crítico.
Carlos Meléndez, director de OBU, indicó este lunes que 3 de cada 10 docentes universitarios ven reducidas sus comidas diarias, una situación especialmente grave en las región oriental y Guayana.
“Los adultos mayores, que conforman una porción cada vez mayor del cuerpo docente, enfrentan dificultades para acceder a medicamentos esenciales debido a la hipertensión que afecta a 9 de cada 10”, indicó Meléndez durante una entrevista en Televen.
Sostuvo que la crisis salarial ha llevado a condiciones de vida deplorables para los profesores, quienes han visto erosionado su poder adquisitivo de manera significativa. Señaló que esta situación ha generado un éxodo de talento hacia otros países, debilitando aún más el sistema universitario.
Deterioro de infraestructura
En cuanto a la infraestructura, la situación es igualmente alarmante. Meléndez señaló que 6 de cada 10 universidades carecen de laboratorios o bibliotecas especializadas, lo que limita las posibilidades de investigación y aprendizaje.
“La falta de baños funcionales y de suministro continuo de agua potable es otra problemática generalizada, afectando a más del 85% de las instituciones públicas”, detalló.
Por otro lado, indicó que las desigualdades entre las universidades públicas y privadas son cada vez más evidentes. Manifestó que mientras las privadas han logrado mantener mejores condiciones gracias a sus propios esfuerzos, las públicas se enfrentan a un déficit presupuestario superior al 90%.
“A pesar de las constantes denuncias de los gremios universitarios, el gobierno ha mostrado una escasa respuesta a las demandas de los trabajadores y estudiantes. Las informaciones oficiales se centran en actividades proselitistas y en las universidades bajo control gubernamental, ignorando las necesidades de la mayoría de las instituciones”, expresó.
Así mismo, señaló que la falta de comedores universitarios, que afecta a más del 96% de los estudiantes, y la ausencia de políticas públicas que garanticen el derecho a una educación de calidad, completan un cuadro sombrío de la educación superior en Venezuela.
Deserción y migración
Según el director del OBU, la universidad venezolana enfrenta un doble desafío: la deserción estudiantil y la emigración de profesores.
«Parte de los profesores se marchan, hay un envejecimiento del personal docente porque el más joven no ve perspectiva y se marcha del país», afirmó Meléndez.
Los datos presentados por el OBU son contundentes: en los últimos años, la matrícula universitaria en Venezuela ha disminuido en un 30%, mientras que algunas instituciones de prestigio como la Universidad de los Andes han reportado una reducción de hasta el 60%. Asimismo, señaló que se ha registrado una disminución de la planta profesoral cercana al 40%.
Estas cifras reflejan una crisis sistémica que afecta a todas las áreas del conocimiento. Un estudio especializado en el sector salud reveló que el 39% de los estudiantes de medicina planea abandonar el país al finalizar sus estudios, lo que pone en peligro la atención médica en el futuro.
Meléndez explicó que la falta de oportunidades laborales, la devaluación de los salarios y la inseguridad son algunos de los factores que impulsan a los estudiantes y profesores a abandonar el país. Además, la pérdida de valor del título universitario y la disminución de la movilidad social han desincentivando a los jóvenes a continuar sus estudios superiores.
