La crisis energética en Ecuador ha alcanzado niveles alarmantes debido a la sequía más severa de las últimas seis décadas. Racionamientos de electricidad de hasta seis horas diarias, incendios forestales y escasez de agua potable han puesto en jaque a millones de ecuatorianos.
Desde el pasado miércoles, el país ha experimentado cortes programados en el suministro eléctrico para realizar un mantenimiento preventivo al sistema de transmisión. Sin embargo, los expertos advierten que esta medida es solo una solución temporal, ya que la principal causa de los apagones es la disminución drástica en los niveles de agua de las represas hidroeléctricas, que representan el 70% de la generación eléctrica del país.
Impacto en la población
Los racionamientos eléctricos han generado una serie de problemas para la población ecuatoriana. Negocios locales han visto afectadas sus operaciones, mientras que los hogares han tenido que adaptarse a nuevas rutinas para hacer frente a los cortes de energía. Además, la escasez de agua potable ha generado preocupación en varias ciudades, especialmente en Quito, donde se han implementado racionamientos del líquido vital.
Medidas gubernamentales
Ante esta emergencia, el gobierno ecuatoriano ha declarado el estado de excepción en varias provincias, implementando un toque de queda nocturno y desplegando fuerzas militares para garantizar la seguridad de las infraestructuras críticas, como las represas hidroeléctricas. Asimismo, se han iniciado operaciones de siembra de nubes para inducir lluvias y mitigar los efectos de la sequía.