En un nuevo giro en la compleja disputa por los activos de Venezuela en el extranjero, el gobierno de Nicolás Maduro ha solicitado una pausa de cuatro meses en la subasta de las acciones de Citgo Petroleum, una de las empresas más valiosas de la nación sudamericana.
La petición, presentada ante un tribunal estadounidense de Delaware, busca detener temporalmente la venta de Citgo, que estaba programada para realizarse este lunes, reseñó Reuters.
Prórroga de subasta debido a la situación política
Los abogados que representan a Venezuela argumentaron que la reciente inestabilidad política en el país, exacerbada por las controvertidas elecciones presidenciales, y las múltiples demandas presentadas por tenedores de bonos venezolanos, podrían complicar el proceso y afectar negativamente el precio final de venta.
Citgo, una refinería con sede en Houston, ha sido durante años el objetivo de los acreedores de Venezuela, quienes buscan recuperar parte de las pérdidas millonarias sufridas debido a la ola de nacionalizaciones y los incumplimientos de pago del gobierno venezolano. La venta de Citgo se ha convertido en una batalla legal compleja, con múltiples partes interesadas que luchan por obtener el control de este activo estratégico.
Incertidumbre en torno a la subasta
Los abogados venezolanos señalaron que las demandas paralelas presentadas por los tenedores de bonos de PDVSA de 2020 podrían desviar los ingresos de la venta, perjudicando así a los acreedores que buscan recuperar sus inversiones. Además, argumentaron que la situación política en Venezuela podría generar incertidumbre en el mercado y afectar negativamente el valor de Citgo.
La solicitud de pausa ha generado una nueva controversia en torno a la venta de Citgo. Los acreedores, que buscan obtener el máximo beneficio de esta transacción, se oponen a cualquier demora. El juez a cargo del caso deberá decidir si accede a la petición venezolana y si otorga una prórroga en el proceso de subasta.
La decisión del tribunal tendrá un impacto significativo en el futuro de Citgo y en las relaciones entre Venezuela y sus acreedores. Si se concede la pausa, se abrirá un nuevo capítulo en esta compleja disputa legal, con consecuencias aún impredecibles para el país sudamericano.