#OPINIÓN Por la puerta del sol (207): Por estas travesías del día a día #14Sep

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En este ir y venir, en este soñar y esperar, en este marchar y marchar, en este cabecear diario como aspas de molino desanimado, en este combatir en silencio las penas guardadas en esta casa decorada por el alba, en este buscar en la memoria la revelación de mis huellas, en este escritorio compañero de mis cuitas y también de mis alegrías, en este ahora cuando mis cabellos se han puesto blancos, cuando pululan mis recuerdos, en este escriba y escriba de memorias y opiniones,  en este vaya y venga de este barro pensativo, de pronto invite a Dios a jugar conmigo una partidita con mi empolvada y vieja baraja…

Con la simple palabra se puede decir mucho, se puede lograr mucho, se puede enseñar mucho…

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Suelto amarras, me hago a la mar desde la madrugada. Cada brisa es un cantar, cada lejanía una esperanza, cada plegaria un consuelo. Todo avanza, aun el día está oscuro, yo me callo solo para escuchar desde mi velero el cantar de los abismos y también el silbar del terco viento…

¿Qué estará haciendo Dios en este mismo momento? ¿Estará arriba entre las nubes, en el infinito o allí en aquella parte en que se ve brillar en el confín lejano la garza que emerge, se hunde y emerge de nuevo mirando hacia arriba la nada de los cielos, rimando su vuelo como buscando su garza compañera, cerrando el paso del aire y deteniendo el tiempo que ya solo es la mirada de una tarde?

Poco a poco se va la tarde, llega la noche, echo anclas, pongo las amarras y vuelvo a lo mismo: Si no hubiera vivido tanto ni hubiera comprendido lo de antes, lo de ahora, lo de arriba, lo de abajo, lo viejo y lo nuevo  ¿ahora qué? Volver a lo mismo, soltar las amarras, recogerlas y reventar soledad, esa vieja compañera que solo sabe regalarme pánico. 

De nuevo amanece todo en su inicio y en su puesto, unos van, otros vienen, más allá del día un niño empuja en un charco su barquito de papel, todo se ve lúcido y sereno, el día recoge sus banderas de sol en el cansado puerto viejo. Amor es canto y amor es nube, ruta en la noche del sueño que insiste en el devanar de canciones de ausencia a la esperanza, corrigiendo siempre el mismo boceto mental…

Por aquí sigo metida en este otro día que pasa, otra noche siniestra como si a mí vinieran las culpas de mis antepasados hasta que llega otro amanecer, con cuatro ausencias siempre aferradas a mi vida y más queridos recuerdos. Sigo aquí con la mente poblada de sueños y de añoranzas, con ellos allí dando vida a mis flores rotas y a esta muerta vida que en estos andares del día, canta un himno a cada ausencia en el abismo de su propia existencia.

Sigo andando entre líneas y cuadernos. Cruzo con los ojos el vasto firmamento hasta sumergirme dentro de mí misma y hasta perder en lontananza mi loco pensamiento, ubicándome de nuevo entre mis libros y papeles.  

Miro hasta perder de vista el hoy, mañana será otro día, otro andar y andar, otro soltar de amarras, otro anclar, otro soñar, otro adiós, otro esperar, otra travesía de mi día día…

Amanda Niño P.

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