La distancia geográfica no borra los recuerdos ni atenúa el amor por una tierra. Los barquisimetanos que residen fuera de Venezuela llevan consigo un pedazo de su ciudad en el corazón. A través de sus testimonios, podemos apreciar la profunda conexión que sienten con su tierra, sus calles, su gente y sus tradiciones.
Barquisimeto, la «Ciudad Musical de Venezuela», ha dejado una huella imborrable en quienes han tenido la fortuna de vivir en ella. Hoy, desde diferentes rincones del mundo, quienes han nacido en este lugar, recuerdan con nostalgia los paisajes, los monumentos y, sobre todo, el calor humano que caracteriza a los guaros.
Josyel Páez, quien reside en Perú desde 2018, expresa que Barquisimeto es como «llegar a una casa donde nadie te conoce pero todos te saludan como si te conocieran de toda la vida». La calidez de su gente y las experiencias vividas tanto en lo personal como en lo profesional la han convertido en una barquisimetana de corazón.
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«Una de las cosas que definitivamente más añoro fuera de mi país, fuera de Barquisimeto es visitar cada 14 de enero a la Divina Pastora, estar allí en ese lugar y en ese momento donde la magia, la emoción, el sentimiento incluso indescriptible te abraza porque somos tantas las personas unidas por una misma razón, por ese mismo sentimiento de oración», comenta.
«Soy caraqueña de nacimiento, pero me siento guara»
Daniela Ríkeros, desde Estados Unidos, confiesa que extraña profundamente a sus amigos y familiares, quienes marcaron su vida de manera significativa. La procesión de la Divina Pastora y el Cardenalito son algunos de los recuerdos más preciados que guarda de su ciudad. Aunque es caraqueña de nacimiento, se considera una guara de corazón.
«Casi ocho años sin estar entre tus calles, sin visitarte y sin contar con la calidez de las personas que ahí habitan. Barquisimeto me haces muchísima falta, dejo atrás recuerdos con gran amor y cariño a mis amigos, a mi familia, personas que indiscutiblemente marcaron mi vida», señala.
«Recuerdo todo de mi Barquisimeto querido»
Por su parte, Xavier Mendoza, también residente en Estados Unidos, destaca la belleza de los crepúsculos barquisimetanos y la unión que se siente durante la procesión de la Divina Pastora.
«Na’guará Barquisimeto, desde los Estados Unidos quiero enviarte un fuerte abrazo y recordar el Antonio Herrera Gutiérrez de nuestros gloriosos Cardenales de Lara, pero como no recordar la procesión de la Divina Pastora, la más grande en Latinoamérica y también en nuestro país», expresa.
«A Barquisimeto siempre lo llevo en el corazón»
Josyel Páez, a pesar de no haber nacido en Barquisimeto, siente la ciudad que le brindó grandes oportunidades profesionales como suya.
«Venezuela y Barquisimeto siempre los llevo en mi corazón porque ese es mi hogar, esa es mi casa, ese es el lugar definitivamente al que yo quiero regresar. No soy barquisimetana de nacimiento, pero me acogió desde los 7 años y a donde quiera que voy, orgullosamente digo, vengo de Barquisimeto», resalta.
Las calles, paisajes y monumentos de la capital larense son recordados con gran nostalgia por los barquisimetanos que se encuentran en el exterior, pero que siguen amando esta tierra como cuando vivían en ella.
Barquisimeto sin lugar a dudas es única e inolvidable. Un guaro, sin importar el lugar donde se encuentre, siempre la llevará en el corazón.