La fotografía es ante todo arte manierista, surgido al calor de la Revolución Industrial, que desde mediados del siglo XIX eterniza para la posteridad un momento, realidad, hombre, sociedad y naturaleza.
En su desarrollo deviene también en una técnica usada con fines artísticos, informativos, documentales y publicitarios para patentizar la transformación del medio ambiente por el hombre en su lucha por sobrevivir.
Así pues, la Fundación Fototeca de Barquisimeto y ASCARDIO han conjuntado esfuerzos para organizar y presentar la exposición fotográfica “Barquisimeto siglo XX” en el espacio de la zona de autobuses a partir del 5 de septiembre.
La exposición aglutina un siglo de diversos acaeceres de la ciudad crepuscular que arriba a los 472 años de su fundación por el hidalgo español Juan de Villegas. Hecho del cual ha trascendido a la posteridad la imagen de las ruinas de la iglesia construida por los europeos en aquel hostil ambiente.
Esta muestra detalla múltiples aspectos en la vida de la urbe crepuscular. Es un reflejo del constante devenir creativo y transformador de sus habitantes marcados por los contrastes de la clase social a la cual pertenecen. Diferencias que demográficamente llevan a unos a ocupar los mejores espacios de la urbe y a otros los más desventajosos de lo cual se hace eco la fotografía.
La fotografía permite tener una evidencia de la historia y cultura de una época y sociedad. Culturalmente nos pone en contacto con las formas de ser y vivir de la gente en determinadas épocas de la historia. Aunque lo que capta es un momento concreto de la misma gracias al accionar congelante de la cámara.
Así pues, estas cincuenta fotografías de la Barquisimeto del siglo pasado facilitan comprobar en esencia la evolución de la urbe desde los tiempos de los caudillos atrasados con sus tiranías hasta 1935.
Luego la apertura a la democracia, otra vez la dictadura Perezjimenista por 10 años y nuevamente los 40 años de democracia liberal a partir de 1958. El impulso al progreso por medio de la infraestructura es manifiesto en varias de estas fotografías.
De foto en foto, hacemos contacto con: su cambiable infraestructura, viviendas, inmuebles públicos, sucesos trascendentes, personajes populares, personalidades, líderes políticos y gobernantes, economía, diversiones, fe religiosa, deportes, plazas, hospitales, iglesias, mercados, vías de comunicación, servicios y otras estampas.
De esa manera el evento registra un conjunto de revelaciones que lo convierten en un pertinente acontecimiento en el ámbito de la Barquisimeto cosmopolita de hoy, a saber:
- Técnico por el uso normativo y procedimental de la cámara bien sea analógica o digital.
- Artístico al asumir la creatividad y estética como búsqueda y tarea en cada obra.
- Cultural dado que muestra las formas de ser y vivir de una sociedad determinada
- Social visto que refleja las variadas actividades que caracterizan una época
- Comunicacional en su carácter social para emitir un mensaje masivo
- Histórico cuando se convierte en el testimonio visual de un momento pasado por menudo que éste sea
En estas creaciones son apreciables los tipos de tomas practicadas por estos hacedores de la cultura visual en la Barquisimeto en crecimiento durante la centuria pasada. Las mismas van desde el close-up o íntimo, planos corto, medio, general y panorámico.
Tomas en las cuales se la juegan para juntar certeramente luz, apertura del lente, enfoque, tonalidades y finalmente el esperado click captador del instante imborrable, antes impreso en papel mediante procedimiento químico y ahora en la galería de la cámara digital.
A nuestro parecer, ocurre que una panorámica nos permite saber la superficie territorial de la ciudad. Es lo que comprobamos en la toma en picada realizada, en la década de 1950 de la plaza Miranda, a la altura de la calle 60 frente a la actual sede del CNP-Lara, con el Obelisco de fondo. Es una panorámica extendida. Entonces la ciudad llegaba aproximadamente de este a oeste hasta la calle 50. Lo demás era monte y culebra. Igualmente la de la Iglesia San Francisco hecha en 1900 desde la avenida Vargas donde comenzaba el barrio de Paya o de Los Negros. No había surgido aún la carrera 17 actual.
En el pasado los fotógrafos de plaza eran los que hacían las fotos íntimas de la gente. Los fotógrafos de plaza, con sus cámaras de cajón y un tobo de agua para limpiar los originales, son los que han llenado una significativa franja de la vida de una ciudad. Barquisimeto los tuvo principalmente en la plaza Bolívar a donde la gente acudía a hacerse las fotografías generalmente en un íntimo que casi siempre iban a engrosar el álbum familiar, el cual hoy ha sido reemplazado por la galería del teléfono celular. El más longevo es Eusebio Peraza. A estos los sustituyen los modernos estudios fotográficos, entre estos el de Alfonso Alvarado en la calle 30 entre 21 y 22.
En ese marco, esta exposición Barquisimeto siglo XX tiene el peso de hacernos recordar y revalorizar nuestro patrimonio cultural tangible. Visto que el mismo es necesario conocer para un mejor desempeño en el presente y futuro y no repetir los errores cometidos en el camino andado a lo largo de más de cuatro siglos. Todo desde el poder de la imagen visual.
Es el mundo de lo más cercano y objetivo de una ciudad baldía, como la llamó el historiador caroreño Guillermo Morón, eternizado por esta técnica y arte a la vez por 16 trabajadores de la fotografía.
