La sociedad barquisimetana se ha caracterizado por su esfuerzo y trabajo desde su origen, lo que ha sido crucial para el desarrollo de la ciudad, al enfrentar numerosos desafíos a lo largo de su historia. El costumbrista Iván Brito resalta el impacto del mestizaje cultural en la formación de Barquisimeto y la influencia en el progreso de la sociedad.
Desde sus inicios, Barquisimeto estuvo habitado por personas que contribuyeron a la construcción del tejido social y la infraestructura de la ciudad con su trabajo. Los pobladores demostraron desde muy temprano un profundo interés por el progreso y el desarrollo; sumado al compromiso con una ciudad que en palabras de Brito, «se debe a sus ciudadanos».
Barquisimeto: Del Valle del Turbio al altiplano
La ciudad de Barquisimeto, fundada en la población de Buría por el descubrimiento de las minas de oro, fue trasladada a distintos asentamientos antes de establecerse en su ubicación definitiva.
Iván Brito, explica que luego de la invasión del tirano Aguirre a la ciudad, sus pobladores se mudaron a la vega del río Turbio para iniciar un nuevo asentamiento que se desplazó por la ribera del río. Por lo tanto, en este tiempo no se consolidó la estructura del comportamiento social.
«La vida a la ribera de un río no da tiempo de hacer estructuras importantes que pudieran consolidar el comportamiento social«, señala.
Según Brito, con el establecimiento de la ciudad en la meseta del altiplano se consolida la estructura social, que se formalizó con la construcción de la Iglesia Inmaculada Concepción y la implementación de la la normativa religiosa que rigió el comportamiento moral y social por los cánones eclesiásticos de la época.
Tierra de progreso y gente de trabajo
Brito destaca que, según la historia, quienes aspiraban obtener títulos nobiliarios, para los cuales debían pagar, no debían trabajar y afirma que textos históricos establecen que “alguien ha caído en desgracia cuando ha tenido que poner sus manos en una herramienta de trabajo”, lo que muestra la mentalidad de la época.
Resalta que Barquisimeto es una tierra de gente de trabajo de una fusión étnica y cultural, la cual describe cómo «multicolorida» por la diversa influencia de culturas que ha recibido.
Una ciudad que se debe a sus ciudadanos
Sin embargo, explica que los pobladores barquisimetanos, aunque hacendados que buscaban títulos nobiliarios, eran gente de trabajo, que aportaron sus conocimientos y dedicación a la conformación de la ciudad.
«Es una de las pocas ciudades en el país que se debe a sus ciudadanos, la gente en Barquisimeto se ha preocupado siempre del progreso de la ciudad», indica el experto.
De acuerdo con Brito, el interés de los ciudadanos de Barquisimeto contribuyó a cambiar los paradigmas de la época y «superar escollos clasistas y de otra índole», en busca de mancomunar esfuerzos y crear situaciones favorables para la ciudad.
La educación como eje de la construcción social
La educación fue también un pilar fundamental en el desarrollo de Barquisimeto, personalidades como el padre Macario Yépez, se preocuparon por llevar la educación a los necesitados a pesar de estar restringida a las clases sociales.
«El padre José Macario Yépez intentó hacer escuelas y dar instrucción pública a los necesitados», lo cual demuestra «la preocupación de los barquisimetanos porque hubiera un progreso intelectual y en consecuencia material», señala Brito.
Barquisimeto: El crisol que polariza el mestizaje
La ubicación de Barquisimeto la convierte en un relevante punto de convergencia nacional y señala que Francisco Tamayo consideraba la ciudad epicentro de la fusión cultural. «Si Lara es un punto de convergencia, Barquisimeto es el crisol que polariza el mestizaje de lo nacional», cita Brito.
«Tamayo decía por ese crisol que polariza el mestizaje de lo nacional que aquí se gestaba el venezolano por antonomasia, porque era el resumen de todas las regiones del país», resalta Brito.
Además, resalta que la ubicación de Barquisimeto como enclave geográfico y la inauguración del ferrocarril Simón Bolívar en 1891 permitió la llegada de personas del interior del país y especialmente del extranjero gracias a las casas transnacionales de comercio.
Brito precisa que a partir de 1891, Barquisimeto crece y se convierte en una ciudad y servicio por excelencia que ejerce influencia sobre los estados vecinos como un gran centro de acopio y distribución de todo tipo de mercancías y de alimentos, facilitado por las zonas de producción cercanas a la ciudad de climas propicios para ello, lo que la convierte en una ciudad agrícola, agroindustrial y agropecuaria.
