Las revoluciones tecnológicas son las autoras de los mayores progresos en la historia de la humanidad a diferencia de la violencia.
Forman parte de los procesos universales con sus cambios socioculturales, tal como lo sostiene el científico social brasileño, Darcy Ribeiro.
Todas las épocas en la vida del hombre han tenido su tecnología a diferencia ahora de que han agilizado sus faenas cotidianas. Hoy una noticia se conoce en fragmentos de segundo en el mundo lo que no ocurría antes.
Una evidencia de ello la tenemos en el paso del hombre de recolector de alimentos y cazador a la agricultura lo cual cambia radicalmente la forma de alimentarse.
Las añejas divergencias entre ciencia, técnica y humanismo forman parte de la férrea voluntad del hombre por lograr la transformación del mundo en lo artístico, filosófico, político, económico y social.
Proceso que se emprende en el pasado remoto a partir de la transformación de la naturaleza con sus variados objetos para asegurar su sobrevivencia. Pero en la mutación del medio ambiente está siempre presente la tecnología que le permite, entre otros logros, hacerse de vivienda para guarecerse de la intemperie.
Esta era de la globalización la determina el influjo de la tecnología digital que toca las actividades del hombre, entre estas la esfera del arte y cultura.
Nunca antes el hombre ha tenido a disposición de su bienestar espiritual y material esas ventajas derivadas de la tecnología, entre éstas el arte a la mano desde los más lejanos rincones de la Tierra.
Actualmente es una realidad la materialización de creaciones plásticas con el uso de la variada tecnología de punta al igual que la digitalización de numerosas obras de arte por diversos centros culturales del mundo, entre estos los museos de España y Francia. Un hecho que pone al alcance de todos los mortales sus colecciones artísticas antes vedadas al común de la gente.
De esa forma el museo Louvre ha digitalizado al menos medio millón de sus obras puestas a circular en las redes. El público las puede disfrutar si quiere desde casa con la familia con simplemente conectarse a una aplicación digital.
También países como EEUU, China, Hong Kong, Suiza y otras realizan las ferias del arte o art Basel donde impera esta tecnología. Es célebre la de la ciudad suiza de Basilea con su tradicional riqueza artística, arquitectura de estilo medieval.
En ese contexto la ciudad estadounidense de Miami es sede también de la Feria del Arte (Art Basel) que reúne numerosos artistas de diversos. La nota del evento es la muestra de una variedad de creaciones visuales sustentadas en la tecnología digital. Las diversas formas de comunicar arte hoy mediante los múltiples dispositivos de la internet al estilo del “aquí y ahora” de la radio al máximo.
Eventos a los que concurren los expectantes espectadores, galeristas, críticos, museistas y comercializadores los cuales se hacen de una obra que luego comercializan mediante la venta de copias. Sin duda que la tecnología digital ha cambiado el concepto y práctica de la obra de arte.
Lo cierto es que las esferas de la estética artística experimentan hoy un giro de 180 grados. Hoy vivimos el auge de los tokens o bienes no fungibles (NFT) consustancial al arte por no consumirse con su uso a diferencia, por ejemplo, del dinero que es transferible. Los mismos tienen unas características especiales como son: único, indivisible, no transferible y escaso.
Así pues de la obra tangible se ha pasado a la obra cibernética que ha revolucionado la creación, exposición y comercialización de las producciones del artista. Es lo que se conoce como ‘token’ que puede representar con esa tecnología cualquier activo.
Es el innovativo mundo artístico de los tokens no fungibles consustancial al arte dadas sus particulares características por su naturaleza única, no indivisible, transferible y escaso. El dinero es intercambiable mientras que una obra de arte no lo es por ser única, una actividad similar al de la bolsa de valores en que se venden y compran las obras de arte al estilo de las acciones.
Ahora una obra de arte se disfruta en una especie de aventura única para quien la posee o tiene acceso a la misma. Nunca deja de ser única. Estamos hoy ante la representación virtual de un activo. Es la nueva manera de crear, transformar y comercializar el arte mediante el uso de la tecnología digital que todo lo abarca hoy.
Hoy alguien adquiere una obra digitalizada, la guarda y luego la comercializa con copias para hacerse millonario en instantes. Así por ejemplo un ideo (obra reciclada) de una creación se adquiere en 60 mil dólares para luego venderlo en 7 millones de dólares con el uso mercantilista de la cibernética
Este nuevo arte tiene sus ventajas y riesgos, entre éstas las falsificaciones. Una práctica que rechaza el pintor larense Ángel Hurtado quien lo considera una cosificación por privar el interés puramente económico y no artístico de quien dispone de una obra de arte.
Para Hurtado estamos ante una crisis del arte contemporáneo en que se impone la tecnología deshumanizada junto a la ley de la máxima ganancia capitalista sobre lo estético, precisamente lo que no ocurría en tiempos pasados.
Es más, el multifacético artista asegura que carece de creatividad por estimular el parasitismo en el creador. Son las nuevas formas de concebir el arte con sus pros y contras.