Dedico al poeta don Esteban Rivas Marchena (QEPD)
“Este vivir hermético en un cuarto, elaborando líricos bocetos, de pseudo metafísicos sonetos, con los que solo en mi abstracción departo, este ser abstraído desde el feto luchando contra morirme de un infarto, cuando en mi soledad solo comparto con mi ilusión la niebla de mi ghetto, este encierro ancestral de los poetas en sí mismos, absortos, confinados, mientras navega libre el pensamiento es el vuelo del ave y la saeta: si verso libre, caballo desbocado; si el otro verso, eternidad del viento…”
Esteban Rivas Marchena
Hace años Maestro Rivas usted remontó los espacios que llevan al cielo, recuperó esa paz total que solo se logra cuando partimos de este mundo. Usted se fue para siempre pero quedaron sus obras literarias, huellas de sus trabajos impecables como periodista, narrador de sucesos, de costumbres, sus pasiones, sus opiniones sus temas, sus protestas, sus comentarios, sus luchas y la musa de su cariño Barquisimeto siempre distinguida en primera fila.
La poesía es eso que siempre nos acompaña como un murmullo que llevamos dentro y nos inunda, es todo eso que guardamos como si fuera un tesoro; son escritos de poetas que como usted de uno u otro modo vencieron el tiempo yendo más allá del sueño y del cansancio. Sus versos vistieron de gala a Barquisimeto y a sus bellos paisajes, también fueron protesta ante la destrucción y descuido de sus zonas verdes“.
Cuando poetas como usted acuden a la gran metáfora romántica, dejan escapar la inspiración en sus rimadas estrofas, en sus auroras y furtivos nocturnos. Usted maestro, supo llevar su lira hasta los cielos, aprendió de las aves la libertad de escribir a la vida, al terruño y a todo lo que volaba y respiraba alegrías. Sus escritos seguirán siendo por mucho tiempo luz brillante de eterna poesía.
“He aquí mi lira rota, mi pobre lira, he aquí mi humilde voz buscando tus sentidos. Si quisiera leerlas es de llanto y es de risas”
“¡A nadie con mi verso ofendo o falto ni siquiera en momentos en que me exalto! ¡Y aunque me amenacen no me callo! Que si no mata el rayo al pararrayos, ¿por qué temer un punitivo fallo por mantener esta bandera en alto? “
“¡Oh simiente de nuestra heredad en albores de un tiempo sembrada! ¡Por las aguas del Turbio irrigada, flor de ti emergió la ciudad! ¡Oh de patria gloriosa simiente que don Juan de Villegas sembrara cuando en rito sagrado fundara la más bella ciudad de Occidente!”
“Aún se escuchan los pasos triunfales de Bolívar dos veces, Ciudad, por tu Calle de la Libertad, ¡del gran héroe los pasos marciales!”
“Hubo un tiempo de bellas y apacibles cosas, ciudad de semeruco y pomarrosa, de cuando el tren de los rugidos sordos que entraba por el Norte y Cerro Gordo, llegaba por el Oeste una carroza, cargada con crepúsculos de rosas”.
Maestro: Es justo cuando llegamos a los ruinosos ocasos, donde empezamos a entender lo que produce la paciencia de una lluvia sobre el campo, el sabor de lo real y lo increíble del horror y de la gloria. Al final, solo contamos con la soledad poblada de sueños y nuestra noche fiel, siempre guardando nuestros espejos de esperanza…
Usted fue un haz de espigadas cosechas, rastreador de huellas de poetas autóctonos, atisbador de los caminos literarios, creador de sus propias memorias a través de su poesía, usted fue tricolor de ondeante libertad, hoy eco, silencio, destellos de un poeta, canto de pájaros saludando el día, sus versos siguen siendo miel dulcísima en la amargura.
Gracias por esos dibujos mentales que tanta belleza y poesía usted nos dejará como recuerdo inolvidable. Puedo asegurar que usted pasó el arco del triunfo ¡Victorioso nunca vencido!
Gracias maestro Rivas Marchena (Paz a su alma)
Amanda Niño P.