El gobierno de Venezuela ha emitido un comunicado en el que denuncia la confiscación de un avión utilizado por el mandatario Nicolás Maduro por parte de Estados Unidos. Esta acción ha sido calificada por la cancillería venezolana como una «práctica criminal» y se considera que la aeronave fue confiscada de manera «ilegal».
Venezuela ha expresado su rechazo ante la comunidad internacional, señalando que las autoridades estadounidenses han incurrido en una práctica criminal que se asemeja a la piratería. El comunicado sostiene que la confiscación del avión es parte de un patrón de medidas coercitivas unilaterales que Estados Unidos impone globalmente, lo que pone en riesgo la soberanía de cualquier nación.
«Ha confiscado ilegalmente una aeronave que ha venido siendo utilizada por el Presidente de la República, justificándose en las medidas coercitivas que de manera unilateral e ilegal, impone alrededor del mundo», señalan.
Venezuela también ha advertido que esta acción no es un incidente aislado, sino que forma parte de una escalada de agresiones contra el gobierno de Maduro. «Estados Unidos ha demostrado ya que utiliza su poderío económico y militar para amedrentar y presiona a Estados como el de República Dominicana, para que sirvan de cómplices en sus actos delincuenciales», explicaron en la misiva.
El país reafirma su compromiso con la defensa de su dignidad y soberanía, y se reserva el derecho de tomar acciones legales para reparar los daños causados.
Estados Unidos incautó avión de Maduro
El avión en cuestión, un Dassault Falcon 900EX, fue confiscado en República Dominicana y posteriormente transferido a la custodia de funcionarios federales en Florida. Según el Departamento de Justicia de EE. UU., la aeronave fue adquirida a través de una empresa fantasma y sacada de contrabando, violando sanciones y leyes de control de exportaciones.
Las autoridades estadounidenses han indicado que entre finales de 2022 y principios de 2023, los asociados de Maduro utilizaron esta empresa para ocultar su participación en la compra del avión, que estaba valorado en 13 millones de dólares. La aeronave fue exportada desde EE. UU. a Venezuela en abril de 2023, en un intento de eludir una orden ejecutiva que prohíbe a los estadounidenses realizar transacciones con el gobierno de Maduro.