La líder opositora, María Corina Machado, afirmó en una entrevista con el medio Espejo Pújblico, que es “mucho” lo que se espera de España, por su relación con Venezuela. Sin embargo, la dirigente expresó sobre la postura del Gobierno de Pedro Sánchez que “el silencio se convierte en complicidad«.
Machado expresó que tras las elecciones del 28 de julio “no hay espacio a la indiferencia, neutralidad o alegar ignorancia” sobre los eventos que se desarrollan en Venezuela. En ese sentido, resalta la postura del Gobierno de España con respecto a los resultados electorales de las elecciones del 28 de julio, y enfatiza, que “no hay espacio para el silencio porque se convierte en complicidad”.
La coordinadora nacional de Vente Venezuela comentó las relaciones entre el expresidente José Luis Zapatero con Nicolás Maduro, presidente reelecto de Venezuela según los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) cuestionados por la oposición, los manifestantes venezolanos y la comunidad internacional.
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Silencio de España sobre Venezuela
Machado señaló su sorpresa ante la falta de pronunciamiento por parte de Zapatero a un mes de la elección presidencial. «No lo conozco, y me sorprende que a más de un mes de la elección, creo que es el único invitado de Maduro que no ha dicho ninguna palabra de lo que vio aquí y seguramente vio mucho», declaró.
Machado es clara y señala que no es tiempo para la neutralidad: «No hay espacio a la indiferencia, neutralidad o alegar ignorancia, todo el mundo sabe lo que pasó el 28 de julio y lo que ha hecho Maduro». «No hay espacio para el silencio porque se convierte en complicidad», declara.
Relación de España con Venezuela
Machado aseguró que se espera mucho de España con respecto a la postura del Gobierno español sobre las elecciones venezolanos dado que “hay cientos de miles de venezolanos en España y españoles en Venezuela, por tanto es un problema político de interior y no solo de exterior», precisó.
Asimismo, destacó que España ha sido y aspira a seguir siendo el vínculo de Europa con Latinoamérica.
«Es inconcebible que un Gobierno democrático de occidente pretendan que en Venezuela se establezcan unos estándares que no aceptarían en su país, cuando un candidato gana de manera avasallante y lo demuestra, acto seguido es presidente electo y el presidente electo se reconoce», alega.
