Ser pobre es diferente de no tener dinero, la pobreza es un estado del espíritu, la falta de dinero puede ser una situación temporal, en buena parte estoy de acuerdo con esto por razones que estamos viendo y que nuestra nación se ha convertido en una fábrica de pobres como si le hubiesen castrado las ideas y la ambición de prosperar, avanzar en todos los sentidos y poner la mente a funcionar sin que nadie tenga derecho a entorpecerles su creatividad la ambición y deseo de superar; esto lo digo de corazón y por experiencias vividas y convencido de que un país con tantas bondades jamás debía de ser promotor de la carencia sino multiplicador de tantas riquezas que fuimos dotados y por obra de magia han sido disminuido de una forma negativa a los optimistas que deseamos el bien para todos de forma abnegada y sincera, sin egoísmo con un trabajo honesto y apegado a la ética donde la labor sea un aporte, una enseñanza, que el trabajo honesto esta bendito y libre de maldiciones y la prosperidad debe ser por talento y no por mañas deshonestas o tracalerías que solo sirve como principal materia prima para el fomento de la desconfianza, inseguridad, incertidumbre, acompañada del malestar, nada bueno para la salud, ni el mejor ejemplo para la gente joven que necesitan nutrirse de buena educación, con vocación productiva, competitiva formal, dejando a todos la ley de menor esfuerzo.
Por otro lado no hay que olvidar un mensaje en este momento tiene mayor vigencia que nos dejó Abraham Lincoln “No ayudara en nada a los pobres eliminar a los Ricos” y yo digo que esto es realidad, que los verdaderos ricos en lo material son tan escasos y no llegan a veinte en el mundo, por tal es una especie o cría única que hay que cuidarlos porque la mayoría de ellos llegaron a ocupar esa posición con mucho esfuerzo, autodisciplina y trabajo honesto; escribo esto porque hace poco días la biografía de los 16 hombres más ricos del mundo y uno solo de ellos es rico de cuna y los otros fueron con esfuerzo, trabajo sin límites y consecuentes, el más poderoso en dinero que todos conocemos aun trabaja (17) diez y siete horas diarias, un promedio de (100) cien horas semanales y le sobra tiempo para atender la familia, incluyendo a sus padres y leerse casi 30 libros al mes; lo contrario de aquí que estamos más pendientes es de irnos del trabajo que llegar al labor, todos estos personajes siguen con la misma disciplina de sus comienzos, cumplir horario, llegando primero a su trabajo y se van de ultimo como debe ser, dando el ejemplo del que quiere ser útil a tiempo completo y feliz de cumplir con su vocación, la esperanza es el sueño del hombre despierto, Sócrates.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Durán