Luego de la III Reunión del Mecanismo Tripartito sobre Migración, que se llevó a cabo en Cartagena este 26 de agosto, que sirvió como espacio para conversar temas estratégicos que van encaminados a la migración, los representantes de Colombia, Panamá y Estados Unidos llegaron a una serie de compromisos para garantizar una migración regular en las distintas naciones.
Mediante una declaración conjunta, el canciller de Colombia, Luis Gilberto Murillo, su homólogo panameño, Javier Martínez-Acha, y el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas, dijeron que los acuerdos logrados durante la reunión buscan «fortalecer las rutas para una migración segura y combatir la trata de personas y el tráfico de migrantes en la región», según un comunicado de la Cancillería colombiana.
El Darién es una extensión de selva que atraviesa la frontera entre Colombia y Panamá. Al menos 45 migrantes han muerto en lo que va de 2024 tratando de cruzar el territorio panameño con rumbo a Estados Unidos, aseguró el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Ábrego, la semana pasada.
Según Ábrego, este año unas 230.000 personas entraron a ese país de forma irregular desde Colombia. En 2023 fueron más de 520.000.
El canciller Luis Gilberto Murillo comentó en que las relaciones bilaterales y trilaterales, con las partes involucradas en este diálogo están en muy buen momento, por lo que celebró que se hayan compartido algunos puntos comunes que permitan gestionar la migración ordenada, segura y humana.
“Los gobiernos de Panamá, Estados Unidos y Colombia tienen una larga historia de colaboración en los últimos tres años, específicamente esta colaboración ha tenido resultados notables, que incluyen en primer lugar la regulación en el caso colombiano de más de 2.5 millones de migrantes venezolanos”, expresó Murillo.
Insistió además en otros compromisos y puntos en común que, se establecerán oficinas de movilidad segura, para otorgar acceso a vías para los Estados Unidos y otros países para migrantes, del mismo modo aseguró que el país expandirá la regulación para la población venezolana que no se encuentra cubierta bajo el estatuto temporal de protección, se aumentarán los esfuerzos conjuntos para abordar la trata de personas en la región y, por el lado de Panamá, se aumentarán las capacidades para el programa de repatriación, para aquellos que carecen de la base legal, para permanecer en ese país.
El objetivo de estos esfuerzos es que, trabajando junto con los Estados Unidos se contribuya a una gestión coordinada de la migración irregular.
El viaje por el Darién entraña múltiples peligros para los migrantes. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), los principales riesgos documentados son robos, asaltos, secuestros, enfermedades, ataques de animales salvajes y accidentes en una selva llena de ríos, montañas y lodazales.