#EntrevistaDominical Orlando Zamora: Este año terminará con altos precios y bajo crecimiento económico #25Ago

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2024 terminará como un año mixto: los resultados serán de distinta naturaleza. El pronóstico lo hace Orlando Zamora, exjefe de la División de Riesgo Cambiario del Banco Central de Venezuela, profesor de banca y finanzas en institutos universitarios y analista financiero independiente, quien dice que se esperaba un crecimiento mayor en comparación con el 2023, como resultado de una expansión económica, pero, no ha sido así.

Sin embargo, al parecer, la industria petrolera ha mejorado.

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La actividad petrolera pareciera que viene creciendo. La Organización de Países Exportadores de Petróleo siempre indicaba cifras bajas y el gobierno había anunciado que ya se iba a llegar a la producción de un millón de barriles, pero se sabe que ahora se aproxima a los 800 mil. Sin embargo, este es un volver atrás o volver adelante, porque no hay la inversión suficiente por parte de Pdvsa, ya que ésta no tiene la capacidad de hacerlo.

¿Dónde es que se está viendo la mejora? En la Faja del Orinoco con petróleo pesado, que tiene mercado específico en los Estados Unidos y esas empresas extranjeras, como la Chevron, que tiene una gran experiencia saben dónde colocar los productos y la producción se ha mantenido, gracias a las licencias que han recibido. Ahora, la pregunta es: ¿Qué pasará si se producen sanciones? Cuando se aplican, se paralizan las licencias, que son permisos temporales otorgados a determinadas empresas y sobre los cuales el gobierno estadounidense tiene la potestad de suspenderlos o no. En la actualidad las empresas extranjeras tienen licencias, las cuales hay que renovarlas. En un cuadro como el que estamos viviendo, ignoramos què puede ocurrir.

Pdvsa realmente ha sido administrada muy mal por los problemas conocidos por todos y la parte financiera es la más grave. No acumula recursos para poder tener planes de recuperación de sus  refinerías que se encuentran en situación deplorable y no han podido resolver el problema de los derrames de crudo.

Y como es la que está más ligada a los fenómenos polìticos cualquier interferencia incide en ella y definitivamente está como un paciente en terapia intensiva. La gran ayuda ha sido provista por Iràn, pero éste país tiene límites. De vez en cuando manda dos barcos con combustible, pero esa no es la solución para el desabastecimiento que existe en Venezuela. 

¿Es la misma situación del sector siderúrgico?

Igualmente amerita una inversión muy grande y no existe posibilidad alguna de lograrla para activar esa industria.

¿Cómo explica que este año tiene y tendrá resultados mixtos?

Había expectativas de que ese crecimiento fuera de 4,5 ó un poco más,  dado el comportamiento que hubo en los últimos dos trimestres del año pasado; pero, a mitad de año o antes se comenzaron a ver resultados desfavorables: caída del consumo, a partir de julio repunte de la inflación y  la posibilidad es que èsta siga aumentando progresivamente.

Lo positivo del año es la estabilidad cambiaria, que se logra después de inyectar el Banco Central 3,400 millones de dólares en los primeros siete meses del año. Este es un costo muy alto.

 El Banco Central estuvo satisfaciendo la demanda, pero  no sin algunas consecuencias, como ejemplo el tipo de cambio paralelo, que se mantuvo sobre cuatro o cinco bolìvares. Se puede interpretar que durante 52 días se registró una diferencia entre un tipo de cambio respecto con el otro. Estas son señales de que la economía no está normalizada en el sentido de lo esperado.

Hay hechos más desfavorables que tienen que ver con la no recuperación de sectores básicos de la economía como la industria de la construcción, la metalmecánica, siderurgia y petroquímica, las cuales  están reacias a reanimarse por los riesgos que implica y los  grandes recursos que se requieren.

Igualmente en el segundo semestre del año se reduce la actividad aeronáutica porque habrá menos vuelos y hasta paralización de rutas.

La actividad turística también se ha visto afectada. Se había registrado un incremento, pero hay noticias que no son buenas. Por ejemplo: en el estado Nueva Esparta, que es uno de los principales en el desenvolvimiento turístico, aunque no hay datos al respecto, se estima que entre el 20 y el 25 por ciento de las casas y apartamentos vacacionales, o sea los que habían sido comprados para pasar las vacaciones, están en venta. 

Esta situación ha deprimido fuertemente los precios de los inmuebles porque es asombroso que la cuarta parte del sector inmobiliario está en venta. Evidentemente, este es un signo de que no se ve una recuperación muy pronto.

El costo de contener la inflación en la mitad del año ha sido muy grave para los asalariados, por cuanto ya llevan más de 800 días sin que se haya modificado el salario mínimo. Ha sido cruel desde el punto de vista de no tener disponibilidades de recursos para cubrir las necesidades de las familias y, en consecuencia, es notorio la caída del consumo. Y del mismo modo, en el nivel de clase media, los restaurantes han tenido que mantenerse con precios más bajos. Con todo lo expuesto hasta ahora tenemos, como decíamos al comienzo, resultados mixtos.

¿Se acabaron las burbujas económicas que daban la sensación de que la crisis ya estaba desapareciendo?

Sigue habiendo burbujas de desarrollo en algunas àreas, básicamente las que tienen que ver con importaciones de electrodomésticos y con el boom de empresas dedicadas a la venta de productos alimenticios. Ahí están Ríos, Hiperlìder, Forum y otras firmas que han venido apareciendo. Del mismo modo se encuentran en otros sectores. incluyendo el farmacéutico.  

Hemos visto el desarrollo de  Daka, Traki, Red Vital,  así como de las dedicadas a los electrodomésticos, Básicamente han experimentado crecimiento las de empresarios que vinieron de Líbano, Siria  y algunos palestinos, que se instalaron acá durante los últimos veinte años y a raíz de los quince años del control de cambio pudieron acumular recursos y es lo que exhibe el país como positivo: el surgimiento de empresas que están levantando galpones gigantescos y se han expandido con numerosas sucursales.

También hay unos grandes centros comerciales que se han venido instalando en forma muy rápida, como ocurre en Caracas, en sectores como El Paraíso: en las avenidas San Martín y Sucre cercana a Petare, que dan la sensación de que hay un gran auge: pero, eso no tiene nada que ver con el crecimiento nacional.

Ahora que se refiere a ese aspecto, ¿no es preocupante que las zonas industriales del país sean hoy unos cementerios, donde lo único que crece es la maleza?

Desde hace ya cierto tiempo se esperaba un crecimiento industrial, el cual  era una gran ventaja de la economía venezolana hace ya varias décadas y que.todo el mundo la espera por ser una  actividad creadora de empleos fijos, estables y duraderos, que exige mucha mano de obra preparada. Sin embargo, aquì tendrìamos una gran carencia, que es la poca preparación de mano de obra especializada porque la que había se ha ido como ha ocurrido con las grandes empresas que conocimos en el  pasado.

Pero, ¿cómo dice el gobierno que ha habido crecimiento?

El libre emprendimiento es una de las actividades que más ha crecido, dado que no hay un sector industrial que se desarrolle, una industria de la construcción muy deprimida y la cual tenía la bondad de incorporar a otros sectores. como el metalmecánico,  y fundamentalmente la industria del cemento. Antes había unas cinco enormes empresas dedicadas a procesar el cemento y hoy están concentradas en una estatal, pero se está importando el cemento. El abastecimiento es bueno, pero no hay un crecimiento de la industria de la construcción que pudiera ser exponencial, múltiple, con la construcción de viviendas por ejemplo para  alquiler, la cual no se vió más.

Se están construyendo centros comerciales, que dan una apariencia de progreso porque se hacen en tiempo récord y básicamente es lo que está manteniendo la mano de obra. Hay remodelaciones de viviendas privadas, pero la Cámara de la Construcción  declara que el sector sigue deprimido,

La Cámara Automotriz también habla de que el sector está deprimido y lo que se observa es la importación de vehículos de marcas reconocidas por parte de un sector realmente reducido que tiene facilidades para adquirirlos. Mientras tanto, se dinamizó el mercado de vehículos usados, dada la dificultad para comprar vehículos nuevos, cuyos precios van  de 50 mil dólares en adelante. 

En cuanto a los inmuebles, el sector igualmente se ha mantenido deprimido, a excepción de las grandes urbanizaciones de lujo que han logrado conservar los precios, pero que tienen características muy particulares: son urbanizaciones privadas, que garantizan mucha seguridad y tienen belleza arquitectónica. 

Por el lado del Estado, sus gastos han sido limitados. Se pensó que por ser un año electoral iban a haber un gran aumento de gastos. Por supuesto, lo hubo. La liquidez monetaria llegó a 123 mil millones de bolívares, prácticamente se duplicado en siete meses del año y eso era lo que hacía que el tipo del  precio del mercado paralelo subiera, debido a la creación de ese dinero inorgánico; pero, más que todo se dirigió a financiar pequeñas obras. El gobierno se limitó a abrir algunos ambulatorios, desarrollar un intenso ornato urbano y pagar remuneraciones salariales a los altos niveles de la administración pública, pero los salarios de los empleados se mantuvieron muy bajos.

¿El dólar no ha subido mucho?

La contención de gastos es lo que ha ayudado a mantener el tipo de cambio y  relativamente controlada la inflación en los primeros seis meses. Al mismo tiempo, el gobierno ha mantenido cero financiamiento bancario a través del encaje que sigue siendo  73 por ciento.

¿Ese encaje  es exageradamente alto?

Totalmente. Ese es un encaje asesino. Porque significa que por cada cien bolìvares, tienen los bancos encajados 73 bolìvares a la orden del Banco Central.

¿A cuánto alcanza el encaje en el mundo en promedio?

El encaje normal en el mundo está sobre el 8 por ciento y ha llegado al 13 por ciento si hay algo de inflación. El uso del encaje es una medida extrema. Los bancos centrales acuden al encaje como algo imperativo. Cuando hay un encaje del 73 por ciento prácticamente se suspende la actividad bancaria, porque de cada 100 bolívares tiene que haber 73 bolívares en cuentas del Banco Central y apenas se pueden movilizar 27 bolívares. Con esa cantidad hay  que pagar los sistemas de computación, que es una de las cosas más caras que tienen los bancos: la actualización de sus plataformas, pagar todas las inversiones que tenga que hacer, cumplir con los impuestos y la mano de obra. Por eso es que ésta se ha reducido tanto y explica que haya  menos trabajadores con un poco de mejores salarios. Entonces, ¿qué le queda a la banca para dar créditos? Muy poco. No obstante, los bancos han hecho un esfuerzo para colocar créditos, pero son cantidades irrisorias porque no pasa de 200 a 300 millones de dólares en todo el sistema bancario. Eso no significa que los bancos  no hayan dejado de tener beneficios. El Banco Provincial y el Banco  Venezuela mantienen altas tasas de rentabilidad. Indudablemente, el encaje es perverso porque no le sirve a la economía y no le presta dinero a casi nadie. Los bancos pueden sobrevivir por los servicios que prestan. Es inevitable que los bancos sean los que presten los servicios de medios de pago, porque sì no, colapsaría la economía,  porque la gente no tendría cómo pagar por la carencia de dinero efectivo.

Cuando hablamos de dinero en efectivo, ya nos hemos acostumbrado a utilizar el dólar o el peso colombiano.

Esa economía monetaria tiene dólares y tiene bolívares en cantidades mas o menos iguales. Y en la zona fronteriza hay también otros tipos de pago. En el caso de la zona fronteriza con Colombia, es frecuente el uso del peso colombiano. Y hacia Brasil, el cruzeiro. Pero, mas acá es el oro. Hay pueblos que están muy cercas de las zonas auríferas donde se paga con gramos de oro. Se hacen transacciones de lo mas normal, cotidiana, pagando de esa forma. Eso significa que el sistema monetario está funcionando con muchas irregularidades, que no le dan confianza al bolivar.

¿A cuánto alcanza la circulación monetaria en este momento?

La masa monetaria es de 123 mil millones de bolívares. Ahí está todo: lo que tiene el Banco Central y lo que tienen los bancos. Pero, en Venezuela ocurre el fenómeno de que los dólares siendo menores en cantidad tienen más valor que los bolívares. Se calcula que en la economìa venezolana hay  entre 4,000 y 5.000 millones de dólares, de transacciones en gran parte en efectivo y otras en transferencias. Eso ha ayudado a que la economìa no colapse, porque  como hay  gran circulante en moneda extranjera se produce un equilibrio. De alguna manera él dólar está garantizando que el bolivar mantenga su valor en tanto que el Banco Central esté suministrando dólares, no haya  demanda nerviosa en el mercado. Pero, cada vez que el gobierno intenta –y lo ha hecho— aumentar la liquidez, al final esos bolívares van a los grandes tenedores de recursos, a los grandes importadores. La gente apenas recibe su dinero en bolívares va al supermercado, pero estas cadenas de supermercados están en pocas manos, son como unas doce, generalmente  financiadas por sirios, libaneses y palestinos, quienes tienen que convertirlos en dólares para activar las importaciones. También deben tener cantidades importantes en dólares, que les permiten ya no recurrir  al Banco Central, como lo hicieron cuando había el control de cambio, 

Si el Banco Central ha colocado 3.400 millones de dólares hasta ahora, ¿cuánto podrá colocar en lo que resta del año?

Es de suponer que la cifra será mayor, porque habrá más demanda. Tenemos por delante la demanda por los uniformes y los útiles escolares, las importaciones para los estrenos y celebraciones de fin de año, y otras cosas más. No se puede dejar por un lado el escenario político. Con las decisiones judiciales que se han dado últimamente,  lejos de dar una nueva expectativa, hay grandes incógnitas sobre el futuro inmediato,  porque si se hubiera producido un cambio político pudiera esperarse el ensayo de otras políticas y esquemas. Es posible que haya mejoras sectoriales,  pero lo importante es que la economía crezca para que innove, incorpore sectores nuevos y se produzca la recuperación que se ha venido esperando desde hace mucho tiempo.

En definitiva, la economía no la hacen los planes estatales, sino la voluntad, la existencia de proyectos viables y la disposición de los inversionistas, quienes son los que pueden arriesgar capital. Estos factores no existen, ni van a existir, mientras no se produzca la confianza en la estabilidad política, en el Estado de Derecho  y en el respeto a los derechos de los ciudadanos.

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