Tal como ha ocurrido desde el 28 de julio de este año cuando se efectuaron las elecciones presidenciales, cuyos resultados fueron objeto de un peritaje por parte de un equipo que atiende los requerimientos de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia y generó una gran expectativa para saber las cifras oficiales de cada mesa de votación, pasó, pero reducida la situación al estado Lara, en 1995 con los dos candidatos principales: Orlando Fernández Medina y Luis José Oropeza.
A Fernández lo apoyaban el Movimiento al Socialismo, Convergencia, el Movimiento Electoral del Pueblo y el MIN, mientras que a Oropeza era respaldado por Acción Democrática y Copei, mediante decisión tomada por los jefes partidistas en Caracas.
Las elecciones fueron el 3 de diciembre, pero pasaron los días y la gente estaba en las calles protestando porque el organismo electoral no daba los resultados, ya que el proceso de totalización se había hecho interminable, recuerda el periodista Jorge Euclides Ramírez, analista político, quien señala que Oropeza se dio cuenta que era mentira lo que le estaba diciendo el gobernador Mariano Navarro, quien le pedía calma porque todavía no se daban a conocer las cifras, pero que estaba ganando. Y el jefe del partido AD era Gastón Vera, como político de gran experiencia, se daba cuenta que era inconcebible que pasaran tantos días y no se supieran los resultados, motivo por el cual se encontraba muy molesto por la lentitud en el centro de totalización que funcionaba en el Domo Bolivariano, en la avenida Libertador. Y quien acompañaba al candidato, en representación de Copei, era el empresario Chundo Hernández, independiente, pero muy amigo de Oropeza, que había sido presidente del Banco Lara.
Fernández, por su parte, ya había salido a afirmar que le estaban montando un engaño y de repente ocurrió la irrupción militar encabezada por el general Raúl Salazar, quien con sus tropas tomó el palacio de gobierno de la calle 25 con la carrera 19, causando una gran impresión en la ciudad porque aparecían en la sede del Ejecutivo Regional unos individuos armados a los que se les conocía como el comando de los Rambos.
Recuerdo, dice el licenciado Ramírez, que el ambiente era muy tenso en toda la ciudad, pero el general Salazar con sus soldados llegó para resolver aquel conflicto que se había presentado por las mentiras del gobernador, ya que Oropeza se dio cuenta que había perdido y que Orlando Fernández Medina era el triunfador, como en efecto se demostró y fue proclamado.
Hechos como ese, que pasó hace casi 29 años, demuestran que la democracia es imperfecta, pero que puede corregir sus fallas, sus errores, oportunamente, comentó el profesor Pedro Pablo Alcántara, historiador y analista político, quien añadió que ese acontecimiento causó un gran impacto en todo el país como ha pasado ahora que el Consejo Nacional Electoral en vez de cumplir con sus funciones constitucionales las ha cedido a la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia, la cual no tiene competencia.
Como bien lo ha dicho el doctor Tulio Álvarez, abogado constitucionalista, en materia electoral no puede haber actos clandestinos.
Los actos de escrutinio, totalización y proclamación, son perfectos, sucesivos e insustituibles, que deben ser realizados por el CNE y no por otro órgano del Estado, asienta. De modo, pues, que lo que está pasando desde el 28 de julio es una gran irresponsabilidad del organismo electoral porque no ha cumplido con sus funciones específicas.
Volviendo al año 1995, precisó que en esas elecciones regionales fueron escogidos como gobernadores, entre otros, dirigentes que todavía hoy se encuentran activos, como son José Bernabé Gutiérrez, de Amazonas; que ahora apareció como el candidato de AD, reconocido por el Tribunal Supremo de Justicia; Didalco Bolívar, de Aragua; Williams Dávila, de Mérida, quien se encuentra muy enfermo y está hospitalizado después de haber sido detenido cuando abandonaba una vigilia en Caracas; Luis Eduardo Martínez, de Monagas, otro de los candidatos presidenciales de este año y Alberto Galíndez, de Cojedes, quien desde el 26 de julio dejó de ser opositor para convertirse en militante del Partido Socialista Unido de Venezuela.