Al tiempo que los demócratas inician su convención en Chicago, la campaña de Donald Trump trata de recuperar estabilidad tras semanas de batallar para adaptarse a que la vicepresidenta Kamala Harris encabece la candidatura opuesta.
Trump intentará socavar la celebración demócrata con una agenda ajetreada que incluye eventos diarios en estados en disputa relacionados con temas donde los republicanos creen tener la ventaja. Es su semana de campaña más ocupada desde el invierno, cuando se enfrentó a rivales en las primarias republicanas.
El expresidente y candidato republicano parece en ocasiones negar la realidad de que Harris, y no el presidente Joe Biden, es ahora su rival.
Está previsto que Trump se presente el lunes en Pensilvania para hablar sobre economía y energía, el martes en Michigan para abordar la violencia y la inseguridad, y el miércoles en Carolina del Norte para centrarse en seguridad nacional en una aparición conjunta con su compañero de fórmula, el senador de Ohio JD Vance. El jueves se dirigirá a la frontera suroeste en Arizona para hablar sobre inmigración antes de viajar el viernes a Nevada.
Graham dijo que quería que Trump se concentrara en lo que hará sobre economía y en la frontera entre Estados Unidos y México, argumentando que “la política es la clave para la Casa Blanca”. Algunas personas en sus mítines estuvieron de acuerdo con ese consejo.
“Necesita dejar de hablar de Biden, aparte de que Harris se sume a esas políticas”, subrayó Kory Jeno, de 53 años, de Swannanoa, Carolina del Norte, que estaba esperando ver a Trump en un acto de campaña la semana pasada en la cercana Asheville. “Necesita mantener la conversación sobre los temas y lo que está haciendo por los estadounidenses en lugar de irse por la tangente y simplemente criticarla y ese tipo de cosas”.