En el cuarto y último día de una visita inédita a Colombia, el príncipe Enrique y Meghan Markle participan el domingo en un foro sobre mujeres afrodescendientes y un encuentro con jóvenes en Cali, una ciudad del Pacífico colombiano.
La gira que el duque y la duquesa de Sussex iniciaron el jueves en el país cafetero por invitación de la vicepresidenta Francia Márquez —la primera afrodescendiente en el cargo— ha estado marcada por lo cultural y social, en sintonía con las acciones de apoyo que la pareja realiza desde su fundación Archewell, especialmente en prevención del ciberacoso a niños y adolescentes.
El objetivo del foro es mostrar a la pareja el trabajo “para devolver la dignidad a los pueblos étnicos” y promover acciones para el desarrollo y bienestar de mujeres, niños y adolescentes, indicó la vicepresidencia.
Un día antes, Enrique y Markle visitaron dos poblaciones del Caribe colombiano, en Cartagena, caracterizados por preservar sus raíces afrodescendientes y que forman parte de una cultura histórica, como San Basilio de Palanque, donde interactuaron con la comunidad y sus líderes.
Su periplo en Colombia ha incluido la participación en un foro sobre seguridad digital, en Bogotá, donde abogaron por la salud mental y la lucha contra el ciberacoso a los niños y adolescentes; la presencia en una escuela de innovación educativa y la visita a militares y veteranos afectados en el conflicto interno que afrontó el país andino por décadas de enfrentamientos con grupos armados ilegales.
Los desplazamientos de la duquesa y el duque de Sussex en Colombia ha transcurrido en medio de amplios operativos de seguridad.
El príncipe Enrique ha mostrado su interés por generar acciones de apoyo a militares y veteranos heridos o enfermos, especialmente a través de los Juegos Invictus, creados por él para promover su participación en el deporte y cuya próxima edición se realizará en 2025 en Canadá.
Markle, una actriz estadounidense hasta antes de casarse, se ha identificado con las causas de liderazgo femenino en la política.
La pareja se separó de la familia real británica en 2020, cambiaron su residencia a California, en Estados Unidos, y fundaron su organización sin fines de lucro.