La Arquidiócesis de Barquisimeto ha estado guiada por una línea de arzobispos que han dejado una huella imborrable en la historia pastoral del estado Lara.
Desde su creación en 1966, cada uno de estos pastores ha aportado su visión, liderazgo y profundo compromiso con la fe, conduciendo a la fe católica larense por un camino de constante crecimiento espiritual y servicio al prójimo.
A continuación, un breve resumen de sus trayectorias:
Un instrumento de Dios: Monseñor Críspulo Benítez Fonturvel
Monseñor Críspulo Benítez Fonturvel nació en Porlamar, estado Nueva Esparta. A los 44 años llegó a Barquisimeto e inmediatamente pasó a desempeñar un papel decisivo en lo social, religioso y político en el estado Lara. Fundó dos seminarios, entre ellos uno mayor y cincuenta parroquias. El 30 de abril de 1966, por Bula Papal nuestra Diócesis es elevada a Arquidiócesis y Monseñor Benítez es nombrado Arzobispo.
El 12 de diciembre de 1982 se separó del cargo y se retiró a una vida trapense en su residencia llamada “La Pastora del Valle”, a pocos metros del Santuario de la Divina Pastora. Ya en 1963 había advertido la necesidad de consagrar un espacio dedicado a la conservación de los tesoros marianos, la devoción y la exaltación de la fe larense por la sagrada imagen de la Divina Pastora.
Un pastor cercano a su pueblo: Monseñor Tulio Manuel Chirivella
Monseñor Tulio Manuel Chirivella Varela sucedió a Monseñor Benítez en 1982. Su episcopado, que comenzó el 18 de octubre de 1982, se caracterizó por su cercanía con el pueblo larense, recorriendo las comunidades y compartiendo con los fieles en diversos eventos pastorales. También promovió la evangelización a través de los medios de comunicación y la formación de laicos comprometidos. Falleció a los 88 años de edad luego de lamentablemente contraer COVID- 19 en la ciudad de Miami, Estados Unidos.
Un legado de diálogo: Monseñor Antonio José López Castillo
Monseñor Antonio José López Castillo tomó posesión del cargo de Arzobispo de Barquisimeto en 2008. Durante su ministerio, se distinguió por su énfasis en el diálogo interreligioso y el ecumenismo, promoviendo la unidad entre las diferentes confesiones cristianas. Además, impulsó la creación de programas sociales para atender a las necesidades de los más vulnerables. Monseñor Antonio José López Castillo, falleció a los 76 años, tras sufrir un Accidente Cerebro Vascular.
Compromiso con la justicia social: Monseñor Polito Rodríguez Méndez
Monseñor Polito Rodríguez aseguró este sábado 17 de agosto, durante su toma de posesión como nuevo Arzobispo de Barquisimeto, que un verdadero discípulo de Dios es obediente, cree y guarda los mandamientos.
Durante la homilía, Rodríguez señaló que en un mundo marcado por la constante evolución y la búsqueda de sentido, la figura del discípulo sigue siendo un faro de esperanza y guía.
“En palabras del apóstol Pablo: He sido crucificado con Cristo y ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Este testimonio de fe, que trasciende las barreras del tiempo y la cultura, sigue siendo tan relevante hoy como lo fue en la época de los primeros cristianos”, citó el nuevo arzobispo.
También destacó la importancia de la oración como herramientas fundamental para superar los miedos y las incertidumbres de la vida cotidiana.
«No podemos dejarnos abrumar por el miedo y las inseguridades. Es necesario darle importancia, custodiarla, hacerla oración», afirmó Monseñor quién además agregó que al igual que los discípulos de Emaús, somos llamados a dejar atrás nuestras zonas de confort y a abrir nuestros corazones a la Palabra de Dios.
Por último, hizo hincapié en la importancia de la vida como un don divino y la necesidad de protegerla desde la concepción hasta la muerte natural.
“La vida es un regalo que debemos cuidar”, afirmó Monseñor Rodríguez. “Nadie tiene el derecho de atentar contra ella. Al contrario, estamos llamados a protegerla y a promoverla”.
Monseñor Rodríguez Méndez, nacido en Santa Bárbara, Barinas, el 13 de agosto de 1967, ha dedicado su vida al servicio de la Iglesia Católica. Completó su formación sacerdotal en el Seminario Mayor de Caracas y fue ordenado sacerdote para la Diócesis de Barinas en 1999.
A lo largo de su ministerio sacerdotal, ha desempeñado diversos cargos de gran responsabilidad, incluyendo párroco en varias parroquias, director diocesano de la Pastoral Juvenil y de las vocaciones, vicario episcopal para la Pastoral, profesor y rector del Seminario de Barinas, y subsecretario de la Conferencia Episcopal Venezolana.
