Murió a los 94 años de edad Alejandro Riera Zubillaga, hijo mayor del matrimonio conformado por José Alejandro Riera Oropeza y María Zubillaga Herrera. Este longevo caballero del entusiasmo emprendedor fue protagonista de las distintas etapas de crecimiento económico de Carora y de su impacto a nivel del Estado Lara en su conjunto.
A los 20 años de edad recién regresado de estudios de economía agrícola en Estados Unidos asume la conducción de la Hacienda Montevideo, convirtiéndola en poco tiempo en una referencia de productividad y aportando un invaluable empuje genético a la Raza Carora. A los 22 años es electo Presidente de la Sociedad Regional de Ganaderos de Occidente, dando inicio así a una carrera de dirigente empresarial que lo hizo figura importante del mundo económico venezolano.
Según testimonio del doctor Luis José Oropeza, líder del otrora Grupo Financiero Lara, Alejandro Riera fue factor fundamental en la articulación del mismo y quien con su optimismo, honorabilidad e inteligencia abrió nuevos horizontes empresariales a los caroreños. Una de las empresas a la que dio atención muy especial fue al Matadero Industrial de Centro Occidente, MINCO, ubicado en Barquisimeto, al cual convirtió en uno de los más importantes del país con el apoyo de su hijo José Alejandro Riera Coronel.
Algunos años menor y fallecido con anterioridad Abelardo Riera Zubillaga es otro de los hijos de Don Che y Doña María que dejó una impronta imborrable en el estado Lara. Abelardo fue también factor importante en el Grupo Financiero Lara donde ocupó por varios años la Presidencia del Banco Lara. Fue uno de los más emblemáticos presidentes de la Cámara de Industriales del estado Lara y por varios años presidente del central azucarero Río Turbio.
Hombre de profunda fe católica fue uno de los más importantes colaboradores de la Arquidiócesis de Barquisimeto. Si nombre ha quedado como una referencia de bondad y de empresario comprometido con las más nobles causas sociales.
Con menos actividad en Caracas y Barquisimeto pero de huella fecunda en Carora fue otro hermano de los anteriormente nombrados, Raúl Riera Zubillaga, quien a la muerte del promotor del nuevo Central Carora, Manolo Riera, asume la presidencia del mismo y mediante un trabajo tesonero y bien planificado, con la ayuda de Martin Orozco, logró darle plena estabilidad a este complejo azucarero, con la incorporación de miles de hectáreas de siembra de caña para garantizar una molienda rentable.
Raúl fue además uno de los más activos promotores de la cultura caroreña y según relata Cecil Álvarez, legatario de Juan Martínez Herrera, sin Raúl Riera no hubiese podido resistir los tiempos disminuidos de la actividad cultural en Carora.
Cada uno de estos personajes merece una historia aparte por lo fecundo, lo feraz de sus vidas y trayectorias. Ellos fueron parte de lo que el Padre Alberto Álvarez Gutiérrez llama la generación pionera, aquellos caroreños que con trabajo, iniciativa y un gran espíritu católico supieron construir un modelo autosustentable que le permitió al municipio Torres generar riqueza en mitad de desiertos y pantanos.
Para terminar y por costumbre caroreña registramos que estos tres hermanos feraces también lo son de Ramón (Monchito), Cenovia, María Josefina e Ildefonso, caroreños también forjados en el trabajo honrado y la vida con sentido de logro colectivo.
Jorge Euclides Ramírez