Barquisimeto guarda entre sus tesoros una pieza única en el mundo: una guitarra de dimensiones colosales que desafía cualquier comparación. Creada en 1990 por un grupo de artesanos locales, esta guitarra sonora es mucho más que un instrumento musical; es una obra de arte que ha cautivado a músicos y público por igual.
Álvaro Mazuera, fue el creador y diseñador, Alexis Bracho, pintor y decorador y Enrique Rengifo, el colaborador que realizó la clavija y capotraste.
«Mi padre, Álvaro Mazuera, soñó con construir una guitarra que trascendiera las fronteras. Y lo logró», comenta con emoción Miguelangel Timaure, encargado de cuidar este instrumento excepcional. Seis meses de arduo trabajo dieron como resultado una obra maestra elaborada en contrachapado y cedro.
Comenta que tras ser elaborada, enviaron una carta a la producción del programa Super Sábado Sensacional para que la presentación inicial se realizara en ese espacio televisivo conducido por el animador Gilberto Correa, y así fue.
Posteriormente se convirtió en el centro de atención del restaurante la Tasca del Conde, donde fue exhibida desde 1991 hasta el año 2002, recibiendo la visita de personalidades de la música como Alirio Díaz, Rodrigo Riera y Cayito Aponte.
«Duraron seis meses en construirla, trabajando día y noche. Cada detalle fue cuidadosamente elaborado, desde la elección de la madera hasta la pintura. Fue un proceso apasionante que unió a toda la familia», relata Timaure. La guitarra sonora no solo destaca por su tamaño, sino también por su rica historia.
«Recuerdo con claridad cuando el maestro Alirio Díaz acarició las cuerdas de la guitarra y la elogió. Fue un momento inolvidable», comparte Timaure.
La guitarra sonora también despertó el interés de Vicente Fernández. «Vicente Fernández tuvo la intención de comprar la guitarra, pero debido a la viveza criolla, nunca se logró ningún concretar el negocio», comenta Timaure. Aunque la negociación no prosperó, la simple curiosidad del famoso cantante mexicano elevó aún más el prestigio de la guitarra barquisimetana.
A pesar de su fama, la guitarra sonora ha enfrentado diversos desafíos a lo largo de los años. Con el cierre de la tasca, la guitarra quedó en manos de la familia Mazuera. «La guitarra es parte de nuestra familia. Es un legado que queremos preservar para las futuras generaciones», confiesa.
«La guitarra sonora es mucho más que un instrumento. Es un símbolo de la creatividad y el talento barquisimetano. Representa nuestra historia y nuestra cultura», enfatiza.
Actualmente, esta joya musical busca un nuevo hogar donde pueda seguir inspirando a generaciones futuras. «Estamos buscando un lugar donde la guitarra pueda ser admirada por todos. Queremos que siga siendo una fuente de inspiración para músicos y amantes del arte», expresa.
La guitarra, con sus 3 metros 04 de largo por 1.12 metros de ancho, es una verdadera obra. A pesar de su tamaño, emite un sonido cálido y resonante que ha cautivado a todos aquellos que la han escuchado.
«Es única de sus dimensiones en el mundo, ya que es la única que suena», señala Timaure.
Un lugar para la guitarra gigante
El encargado de esta imponente guitarra, resalta que se encuentran en la búsqueda de un lugar donde pueda ser apreciada por el público.
«La tuvimos exhibida en la Flor de Venezuela durante 6 meses, estuvo presente en la Feria Internacional de Turismo hasta el mes de mayo del presente año. Ahora la tenemos en casa pero estamos buscando un sitio ideal para que la gente pueda apreciarla», concluyó Timaure.