Nueva York otra vez se erige en la ciudad multicultural abierta al palpitar creativo del hombre. En la década de 1960 en su periferia nace la música salsa. Ahora le corresponde al Breaking (breakdance) acogido por el Comité Olímpico París 2024.
Todas las actividades del hombre surgen en un contexto social, político, económico y cultural concreto. Solo en un espacio multicultural como Nueva York pueden germinar expresiones de este tipo.
Una disciplina que combina danza con deporte cuyo escenario ha sido el barrio del Brox en la Gran Manzana conformado por negros, obreros y marginales con su subcultura en contraste con el establecimiento. Dado la naturaleza de algunas sociedades la cultura y el arte suelen tener el sello de la exclusión.
Ocurre en Venezuela con el deporte vernáculo de la pelota criolla jugado en los campos del municipio Torres del estado Lara y Trujillo y cuyo historiador y promotor es Manuel Torrealba Silva oriundo de Curarigua de Leal.
Con todo, estamos novedoso deporte ha pasado por esa dura experiencia en su evolución para finalmente se reconocido. Originalmente una danza callejera se ha erigido ahora en deporte reconocido por el Comité Olímpico. En consecuencia, es arte y deporte urbano en la era de la globalización. Es una expresión de la cultura hip pop.
Sus oficiantes, desde la década de 1970, han sido los moradores del barrio el Bronx con 2 siglos de historia, una de las varias comunidades marginales de Nueva York. Lo hacen con espíritu rebelde y libertario consciente de la exclusión que padecen. En su práctica se hace presente la salsa como componente rítmico. Es el mismo escenario de la Gran Manzana donde en los años 60 emergió la salsa.
Estos primero lo hacen de pie para luego lanzarse al suelo marcando una serie de movimientos como ocurre con el tamunangue. Los atletas y bailarines se contorsionan, giran y saltan simulando un juego de fútbol. Por lo que en el mismo convergen danza y deporte.
Sus hacedores son dieciséis en grupos de cuatro. Estos se realizan como personas mediante el fomento de valores y el arte. Ese es su mayor mérito en una comunidad de gente de los bajos estratos sociales.
Transcurrido medio siglo de su espontáneo alumbramiento, ahora asciende a la categoría de disciplina olímpica con el alto honor de exhibirse en los juegos Parí 2 mil 24. Por lo que queda atrás su condición de quehacer marginal.
La fusión del arte y deporte que caracteriza a esta era digital y global como sucede hoy con la comunicación, cultura y educación.
Freddy Torrealba Z.
X @freddytorreal11
