¿Alguna vez te has preguntado por qué, a pesar de saber que hacer ejercicio es bueno para tu salud, te cuesta tanto levantarte del sofá? La ciencia podría tener la respuesta.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la ETH de Zúrich ha descubierto que una sustancia química en nuestro cerebro, llamada orexina, juega un papel crucial en la decisión de si preferimos hacer ejercicio o darnos un gusto con alguna comida.
La orexina, el gran juez
Imagina tu cerebro como un tribunal. Cuando se trata de elegir entre hacer ejercicio y comer, la orexina actúa como el juez, pesando los pros y los contras de cada opción. Según los investigadores, esta sustancia química nos ayuda a decidir qué actividad nos dará mayor satisfacción.
¿Por qué los ratones nos dan la clave?
Para llegar a esta conclusión, los científicos realizaron experimentos con ratones, ofreciéndoles la opción de correr en una rueda o disfrutar de un delicioso batido. Los resultados fueron sorprendentes: los ratones con niveles normales de orexina preferían correr, mientras que aquellos a los que se les había bloqueado esta sustancia química optaban por la comida.
¿Y los humanos?
Aunque los experimentos se realizaron con ratones, los investigadores creen que los resultados pueden extrapolarse a los humanos, ya que las funciones cerebrales implicadas son muy similares. Este descubrimiento abre una puerta a nuevas estrategias para combatir la obesidad y fomentar hábitos de vida más saludables.
¿Cómo podemos vencer a la orexina?
Si bien la orexina puede ser un obstáculo para hacer ejercicio, no todo está perdido. Los expertos sugieren que:
Establecer rutinas: Crear hábitos de ejercicio puede ayudar a superar la resistencia inicial.
Encontrar una actividad que te guste: Si disfruta de lo que hace, será más fácil mantener la motivación.
Buscar compañía: Hacer ejercicio con amigos o familiares puede hacer que la experiencia sea más divertida.