#COLUMNA Soliloquios de café: ¿Ignorancia o fanatismo? #4Ago

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“Después del pan, la educación es la primera necesidad de la gente.”
GEORGES JACQUES DANTON

Georges Jacques Danton, llamado también Jorge Danton, fue un abogado y político francés que desempeñó un papel determinante durante la Revolución francesa. fue ministro de Justicia, entre agosto y octubre de 1792, y tuvo la idea de empujar la creación de un Tribunal Revolucionario, participó en el Comité de Salud Pública, el órgano colegiado que a partir de abril de 1793 realizaba las funciones del Poder Ejecutivo.

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Jorge Danton y Maximilien François Marie Isidore de Robespierre, más conocido como Maximilien Robespierre o Maximiliano Robespierre, abogado, escritor, orador, y político francés apodado “EL INCORRUPTIBLE,” además de ser parte de la médula misma de la “Revolución Francesa,” desde sus inicios; fueron grandes amigos, pero la política terminó por separarlos, al extremo que, Robespierre terminó condenando a muerte a Danton. 

Cuando Danton residía en Bélgica, donde se encontraba cumpliendo una misión, recibió una cruel noticia: su esposa, Gabrielle, murió mientras daba a luz a su cuarto hijo, quien también falleció. De un solo golpe, Danton se quedaba viudo y con 3 hijos a cuestas. Robespierre entendió que el momento necesitaba menos de política y más del afecto sincero del amigo, entonces escribió a Danton…

“Lloremos juntos nuestros amigos…hagamos sentir pronto los efectos de nuestro profundo dolor sobre los tiranos que son autores de nuestras desgracias públicas y nuestras desgracias privadas…Te quiero más que nunca y hasta la muerte. En ese momento soy tú mismo”.

Ambos, abogados y amigos, estuvieron conectados con los hechos revolucionarios desde su origen, En esos días se vivía la etapa conocida como “El terror”, donde se aumentaron de manera exponencial las detenciones y ejecuciones de personas sospechosas de atentar contra la revolución.  Los meses de diciembre de 1793 y de enero de 1794 constituyeron el punto álgido de las ejecuciones: con el coste de sangre de ciudadanos derramada.

“¡Queréis deshaceros de todos vuestros enemigos por medio de la guillotina! ¿Habrase visto alguna vez mayor locura? ¿Creéis posible que un hombre muera en el cadalso sin crearos otros diez enemigos entre su familia y amigos? …Mi opinión es completamente distinta a la de aquellos que os dicen que el terror debe seguir estando en el orden del día”, escribió Danton en las páginas de Le vieux Cordelier, el periódico que publicaba el bando que lideraba, apuntando directo al Comité de Salud Pública.

Según la historiografía clásica, la Revolución francesa marca el fin de la Edad Moderna y el inicio de la Edad Contemporánea al sentar las bases de la democracia moderna con base en la representación, lo que la sitúa en el corazón del siglo XIX. Abrió un nuevo horizonte político basado en el principio de la soberanía popular.

Los acontecimientos en los cuales se debate mi adorada y única Patria, Venezuela, me hacen suponer que, para aquellos que amamos la libertad y admiramos a la democracia; que creemos en la política como un instrumento que debe utilizar el ser humano para ejercer el derecho a la vida a través del servicio, “siendo útil a los suyos a la colectividad y, así mismo,no parece entendible, que sigamos cayendo en luchas fratricidas que generalmente escogen entre la mayoría de sus víctimas al futuro del país a… ¡adolescentes casi niños!

Supongo que la violencia injustificada, heredada de las épocas de las guerrillas, donde se asesinaba a nuestros muchachos, que al cumplir los dieciocho años iban a pagar el servicio militar y los emboscaban para dispararle como si fuesen conejos y aun no se sabe cuántos ofrendaron sus vidas a mediados del siglo pasado para acompañar a los héroes de la Batalla de la Victoria, de la Guerra de Federación, de la crueldad de montoneros esclavistas de niños y adolescentes. Incendiarios de caseríos, pueblos y sabanas; de los estudiantes que crearon la “Generación del 28” soportando la persecución, las torturas, vejámenes, el exilio y la inmundicia de las cárceles del sátrapa, mal llamado Benemérito, Juan Vicente Gómez, tampoco justifica la violencia que volvemos vivir repitiendo sistemáticamente a las ocasionadas en 2002, 2014 y 2016, que mutiló físicamente, llevó al sepulcro o agregó a la diáspora infame que destruye a las familias, a los hijos de la Patria.

Hago un llamado a reflexión a quienes aceptaron la autoridad (Muchas veces ejercida abusivamente) para guiar los destinos del país, para que paren la violencia, recordándoles que no se puede apagar el fuego con gasolina.

En mi ignorancia política pregunto:

¿Por qué, con diáfana claridad, no se respetan los Derechos Humanos, constitucionales y legales de los ciudadanos, los Tratados Internacionales que tienen jerarquía constitucional?

Desde siempre he pregonado que:

“En el Estamento Legal venezolano vigente está el camino de la paz”.

Maximiliano Pérez Apóstol

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