“El precio de la grandeza…
…es la responsabilidad”.
“El éxito, es ir de un fracaso a otro…
…sin perder el ánimo”.
“En la guerra, podemos morir una vez;
…en política, muchas veces”.
“Un pesimista, ve la dificultad, en cada oportunidad.
El optimista, ve una oportunidad, en cada dificultad”.
“La política, es casi tan emocionante como la guerra…
… y no menos peligrosa.
“El fanático es alguien que no puede cambiar de opinión…
…y no quiere cambiar de tema”.
“El éxito no es definitivo, ni el fracaso total.
Lo que cuenta es el valor de seguir adelante”
Winston Churchill
- Post Elector 1
Te lo dije María. Chewbacca no perdía, con el ente electoral vendido. Y pa’ colmo su primo Calvo, el psíquico cantando victoria meses antes del 28. Hay que tener riñones María, para no solo tomar por pendejo al pueblo, sino la capacidad de obrarse sobre la gente como que, si fueran dígitos del carnet de la patria, y no personas de carne y hueso, que sufren sus ambigüedades y rapiñas.
Si esto se consiente María, sería como admitir que tu pareja duerma con la vecina y que tu hija le diga mami a la amante de tu marido, que de paso se la escogió el estado, y no la propia golfa de aquél cabrío que te pone los cuernos. Hay cosas que, aunque sean de la política, se duermen contigo en la cama, y también con la familia.
Se adueñan de tu modus vivendi, y obligan a creer en el que te impongan, que peor no podría ser, y el que ni ellos mismos creen, solo les encanta que los demás se crean en lo que ellos, ni de vaina. ¿O no has visto comunista en Miami, con árbol de navidad y pavo pal Thanks Giving Day?… habría que preguntarle a Miguelito Díaz-Canel.
- Post Elector 2
¿Ganamos perdiendo? Si los números nos escoltan, pero las actas trampa-rentes, dicen otra cosa, estamos fritos. Tengo la sensación, y no me preguntes cómo, que volvieron a jugar la de los madrugones. Nos la hicieron cuando perdimos con Capriles. Y no se le aguó el ojo para embromarnos, en esta, mucho menos se les va a chorrear, teniendo tanto que perder. Cuando se pende al filo de la navaja, la tropa sin escrúpulo se lleva en los cuernos, hasta a su propia gente ¿Te acuerdas de Danilo Anderson, el fiscal del Ministerio Público de 38 años, asesinado el 18 de noviembre 2004, con un artefacto explosivo detonado bajo su vehículo? El hecho ocurrió en la urbe de Los Chaguaramos de la capital, mientras el oficial se trasladaba hacia su casa que lo volaron por los aires con explosivo plástico C4, como en una película de James Bond. Se echarán a las calles, a mordiscar como pérfidos, a la gente que nos les desnude el diente, les guste o no.
- Abstenido 1
¡Ay no hija basta con eso, otra vez lo mismo, el vivo asaltando y el bolsa, parando trabajo mal pago, y hambre de la buena! El político jamás cambia y menos el faccioso que no es político, es pillo de alto nivel, carterista ocultos de liberal, pero solo con los bienes de los demás, o los de la nación, porque los suyos, es decir los robados del erario, los sacan pal exterior para vivir como reyes el día que tengan que saltar del barco como ratas porque se hunde, y ellos solo aman mucho al pueblo en tanto sirva de paje y mirón de palo, mientras tanto ellos, rapiñan los bienes del país a favor de sí, o de sus compinches zurdos.
- Abstenido 2
El arquitecto había pasado la noche enredado y por eso era el que la tenía clara, en medio tanta confusión. Nada de lo que pasó lo complicaba, pues venía más que confundido con lo que sabía que iba a suceder, y por boca de los mismos tramposos del evento comicial.
Las cartas estaban echadas. Vini, Vidi, Vinci, se oyó salir del caradura de la revolución el psiquiatra Houdini, para expresar como epifanía, que la gente y todos gritarían fraude, y ¿cómo diablos no lo haríamos si el fraude fue pérfido y enorme como portón de una catedral gótica? Pensó que lo más grave era la impunidad del proceso general que, apoyados por la cúpula militar ignominiosa, hacía de la inmoralidad un arma ofensiva contra la democracia, que les pulsaba a los déspotas en la entrada para su salida de Miraflores, de una vez por todas.Y esta vez no fue el refrán irlandés que llevó a la cama al arquitecto, sino un epígrafe inglés de Winston Churchill, que lo cargó al cuarto, antes de otro sueño tenso. “El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia y la prédica a la envidia; su virtud inherente es la distribución equitativa de la miseria. Y en la almohada, una lágrima de revés bautizó la funda de su ilusión, por el ardid del bribón manejando las ventajas del poder y diezmando a los que no pudieron votar. Venezo-landria, de nuevo, en manos del enemigo íntimo. Paz a los residuos, de la otrora Piccola Venezia. Y ahora tendremos que ver si en verdad no nos apedreamos unos a otros.
Marcantonio Faillace Carreño