Sabemos que la ley es la razón cuando no es afectada por la pasión política y eso es los que todos los venezolanos aspiramos que se cumpla la ley y no sea distorsionada por pasiones adversas que no cuadran dentro de una población civilizada, hambrienta o apetitosa de ejercer su derecho y hacerlo valer con armonía, confianza, como una contribución que se tome como bienestar general y una demostración de generosidad donde los éxitos y beneficios sean para todos sin trabas ni discriminación, un solo ganador nuestra nación que bastante la necesita y lo exige con clamor permanente; sabemos que cuando un país está mal gobernado la riqueza y el honor son cosas de vergüenza y cuando un país bien gobernado la pobreza y convicciones deformadas son motivos para estar avergonzado, esto lo dejó como una advertencia el filósofo “Liss Analectas”.
En nuestro país estamos a menos de 72 horas de unos de los eventos más esperado e importante de nuestra historia, toda la patria está atento a este acontecimiento, sobre todo los que disfrutamos gracias a Dios de la tercera edad viejos decrépitos, pero nuestro voto vale como si fuésemos adolescentes, aparte de que los decrépitos somos muchos los que quedamos aquí, porque la mayor parte de jóvenes de nuestro país tomaron el camino de la estampida o diáspora, dejando aquí su querencia y un mar de lágrimas, padres y madres dando bendiciones al aire o llorando permanente como lloran los Goajiros hacia adentro, no se le ven las lágrimas pero la soledad los castiga, aparte hablando de viejos decrépitos me hace recordar a Oscar Wilde cuando en una de sus obras dijo “que los viejos había que matarlos cuando estaban chiquitos porque después de decrépitos lo que hacían era echar vaina” entonces tengamos fe de que Oscar Wilde tenía razón y los decrépitos se salgan con las suyas y echen un vainón.
Pero en fin no dudemos que, aunque seamos viejos y decrépitos deseamos que este evento con pocas horas por suceder sea de lo más hermoso y digno de admiración, que sea un buen ejemplo al universo del gentilicio y demostrando el talento y capacidad del venezolano, a una sola voz debemos hacerle un ruego al Espíritu Santo para que este noble evento democrático sea una fiesta alegre para todos y para los Larenses sea como el día de la Divina Pastora que nos une con amor y por el bien.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país.
José Gerardo Mendoza Duran