Despreciada por el autoritario presidente del país e incluso por sus propios colegas de la oposición, la «dama de hierro» de Venezuela ha logrado la movilización de votantes más importante desde el surgimiento del chavismo, así comienza The New York Times una reseña en su primera página de este jueves 25 de julio sobre la líder opositora María Corina Machado, quien respalda a Edmundo González Urrutia a las elecciones presidenciales del 28 de julio.
“Recorre el país vestida de blanco, con rosarios colgando del cuello. Las mujeres lloran en sus brazos, los hombres le piden que los salve. La semana pasada, el gobierno detuvo a su jefe de escoltas, por lo que andaba por las calles sin protección”, es parte del ambiente que se vive en Venezuela durante la campaña presidencial.
Destaca el medio internacional en un extenso articulo sobre la líder que, la movilización que Machado ha catalizado; se produce luego de varios años de apatía política en el país donde la administración de Nicolás Maduro ha sofocado protestas y detenido a disidentes, contribuyendo a impulsar un enorme éxodo de la población del país.
María Corina Machado es un movimiento
El movimiento de Machado es el más importante del país desde el que construyó Hugo Chávez, mentor de Maduro y fundador del proyecto socialista venezolano que ya ronda los 25 años de antigüedad, han expresado incluso sus antiguos críticos.
Andrés Izarra, quien trabajó como ministro de Comunicaciones de Chávez antes de convertirse en crítico del gobierno y partir al exilio dijo que una diferencia clave es que “el chavismo se aglutinó en torno a una propuesta ideológica para el país” —el socialismo—, mientras que “el movimiento de María Corina gira en torno al hartazgo de la gente con el madurismo”.
Si la oposición gana
The New York Times describe en su nota, que si la oposición venezolana gana, González de 74 años, será presidente. Pero desde Washington a Caracas, todo el mundo entiende que Machado es el corazón del movimiento.
En una entrevista conjunta, los líderes opositores se negaron a decir qué papel tendría Machado en un gobierno de González. Pero Machado dijo que creía que podían ganar. “Nunca en 25 años hemos ido a un proceso electoral con una posición de tanta fuerza”, afirmó.
La reseña internacional describe que el país está en vilo a medida que se acerca la votación. Las encuestas muestran un enorme apoyo a la oposición. Pero Maduro ha mostrado poco interés en dejar el poder. La semana pasada, prometió en un acto de campaña que Venezuela caería “en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida” si no ganaba.
Machado la “dama de hierro”
Machado, la mayor de las cuatro hijas de una importante familia de empresarios siderúrgicos, fue educada en un elitista colegio católico en Caracas y un internado en Wellesley, Massachusetts. En una entrevista con The New York Times en 2005, definió sus primeros años como “una infancia blindada del contacto con la realidad”.
Se formó como ingeniera y luego ocupó un puesto en la empresa familiar, Sivensa, antes de trabajar con su madre en un hogar para niños abandonados.
Chávez se burló de ella. “Águila no caza mosca, diputada”, le dijo. Él era el águila. Ella era la mosca.
Por su retórica altisonante, periodistas y analistas empezaron a decir que Machado era la “dama de hierro” de su país, usando el apodo por el que Thatcher era conocida.