«Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí» Jon.1:2
Las personas pudieran preguntarnos ¿Cómo saben Uds. que Jonás sufrió depresión? Fácil. Según la OMS un estado depresivo puede caracterizarse de la siguiente manera. “La persona presenta ansiedad, agitación o inquietud. Lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales. Experimenta sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o auto reproches. Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones importantes y recordar cosas”. Por ello, estudiando la conducta de Jonás concluimos que sufrió depresión.
Bien, para comenzar, diremos que Jonás de entrada se rebeló contra Dios y contendió con ÉL. Ante el mandato de Dios de ir a Nínive a pregonar contra ella. «Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová… y halló una nave que partía para Tarsis;… lejos de la presencia de Jehová»Jon.1:2,3. De hecho, ese es un estado mental que golpea nuestro estado emocional. Cualquiera que se diga seguidor del Dios Altísimo y mantenga una actitud de rebeldía contra sus indicaciones, contra la obediencia a su Palabra no puede tener verdadera paz en su corazón. Y si la tiene no se la proporciona nuestro Señor sino “el otro”. Y sus pensamientos de remordimientos le acosarán en cualquier momento de su vida. Si algo atormentaba mi persona cuando sufrí el estado depresivo que me acosaba, era sentir que me alejaba de DIOS. Eso me atormentaba y clamaba a Dios para que ÉL no lo permitiera. Lo cual nos hace concluir que Jonás no tenía paz en su corazón.
Otro evento que nos muestra esa condición depresiva de este importante seguidor de nuestro Dios, es cuando la tormenta ataca la embarcación donde iban a Tarsis, la cual parecía zozobrar, entonces él tiene que reconocer que es su culpa, por ello declara “Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros» Jon.1:12. Puede suceder, mis apreciados lectores que nos ataque también un sentimiento de culpa por los eventos que hacen sufrir a quienes amamos así nuestra angustia aumentará.
Jonás expresó también profunda tristeza y desesperación cuando fue tragado por un PEZ y pasó tres días en su vientre. Igualmente experimentó ira, frustración y consecuentemente deseó morir. “Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? … «Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida» Jon.4: 1, 2,3. Sí, pensamientos suicidas son propios de estados depresivos severos y largos. Sobre todo para aquellos que nunca tomaron a Dios en serio y no tienen seres amados cerca para su consuelo y fortaleza. No fue mi caso.
Otro de los efectos que se unen al estado depresivo es la afección física junto al desequilibrio emocional. Quiere decir que el estado depresivo es una condición que debilita las defensas del sistema inmunológico y aparecen enfermedades físicas las cuales completan la desesperación de la persona. “Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida”. Jonás4:8. Siempre sucede. Descompensado por el calor, dolor de cabeza, mareo y con toda seguridad problemas de tensión que seguramente presentaba, enfermó. Pero al final Dios le iba a compensar. En mi caso, como lo he dicho en otras ocasiones, me atacó una bacteria en el estómago que me trajo complicaciones extras de salud y obviamente más preocupación. Sin embargo, reiteramos que aún en las peores circunstancias Dios no abandona a sus hijos. ¡LO CERTFICO! ¡Hasta el próximo ARTÍCULO DIOS mediante.
William Amaro Gutiérrez
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