Una especie de cortina de hierro fue instalada en el centro de París el jueves con lo que ya colocaron el cerco antiterrorista olímpico a las orillas del río Sena.
Se trata de un perímetro de un kilómetro que quedó sellado para parisinos y turistas que no aplicaron con anterioridad por un pase.
La frase en boca de muchos es “Código QR”, para presentar el pase que da acceso más allá de las barreras de metal que delinean el área de seguridad establecida para proteger la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos el 26 de julio.
«No sabía que iniciaba hoy», indicó Emmanuelle Witt, un trabajador de comunicaciones independiente que fue detenido por la policía cerca del puente Alma al intentar cruzar la ciudad en bicicleta. Rápidamente buscó en su teléfono para llenar el formato en línea y obtener el código, pero desconocía que el proceso podría tardar varios días.
Aquellos que obtuvieron el código —en su teléfono o impreso— pasaron sin problemas los controles policiacos entre las inmensas barreras.
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Pero los que no cuentan con el código fueron rechazados —sin importar sus quejas e intentos de persuadir a los oficiales.
“Es demasiado, todo esto es un problema”, aseguró Nassim Bennamou, un repartidor al que le negaron acceso a las calles que van hacia la Catedral de Notre Dame en su motoneta. “Incluso el GPS está confundido, no sé cómo voy a trabajar hoy”.
Las autoridades anunciaron el código QR el año pasado y se han reunido con residentes locales por meses para explicar las restricciones, pero no todos tenían conocimiento. Muchos visitantes fueron redirigidos para llegar a los icónicos monumentos parisinos.
«No sabíamos que necesitábamos un código QR», comentó Takao Sakamoto, de 55 años, quien no pudo ingresar a la Torre Eiffel desde la estación Bir Hakeim.
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Sakamoto está de visita con su esposa y tuvo que tomar fotos de la Torre Eiffel a distancia, detrás de la barrera y carros de policía. “Con esto bastará», dijo resignado.
Por el otro lado, los afortunados visitantes que pudieron ingresar al área restringida recibieron un regalo inusual, un París prácticamente vacío en un soleado día de verano.
“Es irreal, realmente se siente como que somos los únicos aquí”, aseguró Sarah Bartnicka de Canadá. Disfrutando una carrera con un amigo se tomó una foto con un oficial en el puente Iéna para capturar el momento.
Hasta final de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos
El perímetro fue instalado el jueves y se quedará hasta que termine la ceremonia de apertura. Como algo excepcional, París decidió realizar la ceremonia de apertura en el río y no en el estadio como en otros casos. La mayoría de las medidas de seguridad en el río serán retiradas tras la ceremonia.
Los oficiales tienen instrucciones de ser amables y ayudar a los trabajadores que intentan llegar a sus oficinas y otros que se toparon por primera vez con el perímetro.