«El crecimiento es la única evidencia de vida».
John Henry Newman
Continuando con el análisis de una entrevista reciente con BBC News Mundo, Daniel Susskind, investigador del King’s College de Londres y del Instituto de Ética en Inteligencia Artificial de la Universidad de Oxford, al abordar una cuestión que se ha convertido en una preocupación central para economistas, políticos y ciudadanos globales por igual: el dilema del crecimiento económico. A través de la misma, Susskind desglosa la complejidad de esta cuestión, ofreciendo una perspectiva tanto histórica como crítica sobre el papel del crecimiento económico en la sociedad moderna.
El dilema del crecimiento, como lo llama Susskind, radica en la tensión entre la promesa de prosperidad y el costo de alcanzar esta prosperidad. Este dilema se vuelve especialmente agudo en un planeta con recursos finitos. La creciente demanda de recursos naturales, la contaminación y el cambio climático son ejemplos claros de los límites planetarios que enfrentamos.
En su libro «Growth: A Reckoning», Susskind plantea preguntas críticas sobre la viabilidad del crecimiento infinito en un planeta finito. Susskind no es el primer pensador en abordar esta cuestión. Economistas y filósofos han debatido durante mucho tiempo sobre la sostenibilidad del crecimiento perpetuo. John Stuart Mill, por ejemplo, en su obra «Principios de Economía Política», sugirió que una economía en estado estacionario podría ser deseable si se logra un equilibrio entre el bienestar humano y la sostenibilidad ambiental.
Susskind argumenta que necesitamos replantear nuestra obsesión con el crecimiento. En lugar de buscar aumentar constantemente el PIB, debemos enfocarnos en mejorar el bienestar humano de maneras más sostenibles. Esto podría incluir la redistribución de la riqueza, la inversión en tecnología verde y la creación de políticas que promuevan la equidad social y económica.
Una de las áreas que Susskind explora es el impacto de la innovación tecnológica en el crecimiento económico. Si bien la tecnología tiene el potencial de impulsar el crecimiento, también puede ser una fuente de desestabilización. La automatización, la inteligencia artificial y otras tecnologías avanzadas están transformando rápidamente el mercado laboral, creando desafíos para los trabajadores desplazados y aumentando la brecha entre ricos y pobres.
Sin embargo, Susskind ve la tecnología como una oportunidad. Si se maneja correctamente, la tecnología puede ayudarnos a superar los límites del crecimiento tradicional. Por ejemplo, la energía renovable y las tecnologías de eficiencia energética pueden reducir nuestra dependencia de los recursos finitos y mitigar el impacto ambiental.
Para Susskind, el futuro del crecimiento económico radica en una economía del bienestar. Esto significa cambiar el enfoque de medir el éxito económico a través del PIB a medirlo a través de indicadores de bienestar humano. Países como Nueva Zelanda ya están experimentando con este enfoque, priorizando la salud, la educación y la equidad social sobre el crecimiento económico tradicional.
El concepto de economía del bienestar no es nuevo. En 1972, el Reino de Bután introdujo la Felicidad Nacional Bruta (FNB) como una medida alternativa al PIB, enfocándose en el bienestar de sus ciudadanos. Este enfoque holístico podría ofrecer un modelo para otros países que buscan equilibrar el crecimiento económico con la sostenibilidad y la equidad.
Definitivamente, la entrevista de Daniel Susskind con BBC News Mundo ofrece una reflexión profunda sobre el dilema del crecimiento económico. Nos desafía a reconsiderar nuestras suposiciones sobre el crecimiento y a buscar formas más sostenibles y equitativas de medir el éxito económico. En un mundo de recursos limitados, la búsqueda incesante de crecimiento económico puede no ser viable a largo plazo. En cambio, un enfoque en el bienestar humano, la sostenibilidad ambiental y la equidad social puede ofrecer una ruta más prometedora hacia un futuro próspero y equilibrado.
Italo Olivo
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