Desde las calles de San Cristóbal hasta la carrera presidencial, Daniel Ceballos ha recorrido un camino marcado por la adversidad. Oriundo del estado Táchira, como alcalde de San Cristóbal, fue acusado de incitar a las movilizaciones que eventualmente lo llevarían a la cárcel bajo cargos de “rebelión”.
Tras cuatro años y medio de encarcelamiento y una amnistía que marcó su liberación en 2018, Ceballos emerge hoy como el candidato más joven entre los nueve que desafían al actual presidente Nicolás Maduro.
Fundador de AREPA, el autodenominado “primer partido digital” de Venezuela, Ceballos apuesta por una financiación innovadora a través de criptomonedas, aunque las encuestas lo sitúan por debajo del uno por ciento.
Sin embargo, su visión va más allá de las cifras. En reiteradas oportunidades, Ceballos ha expresado su deseo de forjar una “unidad con propósito” que trascienda la política electoral y se enfoque en mejorar la calidad de vida de los venezolanos, garantizar la seguridad social, eliminar la reelección indefinida, liberar a los presos políticos y poner fin a las inhabilitaciones políticas.
Con las inhabilitaciones políticas levantadas por el Tribunal Supremo de Justicia en enero, Ceballos se posiciona como un contendiente legítimo en las próximas elecciones presidenciales. Tras formalizar su candidatura, invita a los venezolanos a “desayunar con una arepa” y votar por el cambio el 28 de julio.