Un estudio titulado «Desafiando la oscuridad: Resistencia y Resiliencia de la Sociedad Civil en el Laberinto del Autoritarismo Venezolano» ofrece un panorama desolador sobre las penurias que atraviesan los Defensores de Derechos Humanos (DDHH) en el exilio, quienes no solo han perdido su hogar y sus pertenencias, sino que también enfrentan graves problemas de salud física y mental.
El informe, elaborado por la organización Promedehum, realizado en el marco del proyecto Ruta con el apoyo de Civicus, junio de 2024, destaca que la principal causa del exilio de los DDHH es el acoso, la persecución y el hostigamiento por parte de la administración de Nicolás Maduro. Más del 60% de los encuestados señaló haber salido del país por estos motivos, mientras que un 30% lo hizo por miedo a represalias futuras.
Las consecuencias del exilio
Los DDHH se ven obligados a abandonar sus familias, sus comunidades y sus medios de vida, lo que genera un profundo desarraigo y un impacto emocional severo. De hecho, el estudio revela que el 60% de los defensores en el exilio presenta necesidades médicas físicas y el 45% sufre de problemas emocionales.
A pesar de las dificultades, los DDHH no se rinden. Incluso en el exilio, continúan luchando por los derechos humanos en Venezuela. Sin embargo, su labor se ve obstaculizada por la falta de recursos, la inseguridad jurídica y las dificultades para acceder a servicios básicos.
El estudio de Promedehum hace un llamado urgente a la comunidad internacional para que brinde apoyo a los DDHH venezolanos en el exilio. Es necesario garantizar su seguridad, su bienestar y su acceso a la justicia. Solo así podrán continuar con su crucial labor de defensa de los derechos humanos en Venezuela.
Xenofobia y discriminación contra defensores de DDHH
Más de la mitad de los Defensores de Derechos Humanos (DDH) venezolanos en el exilio han experimentado miedo en su país de acogida. Entre las principales causas que revela el estudio, se encuentran la xenofobia, el racismo, la violencia hacia la mujer, las amenazas de grupos políticos y delictivos, e incluso la intimidación por parte de funcionarios venezolanos en el extranjero.
El temor a la capacidad del régimen venezolano para causar daño incluso en el exilio es palpable. Casos como la presencia de funcionarios venezolanos operando ilegalmente en Colombia y el secuestro y asesinato del teniente Ojeda sirven como crudos ejemplos. Esta situación ha obligado a algunos DDHH a buscar refugio en un tercer país.
La discriminación también es una realidad alarmante para el 51,5% de los DDHH venezolanos exiliados. La discriminación laboral, tanto en la búsqueda como en el desarrollo del trabajo, es la más común, afectando especialmente a las mujeres.
En cuanto a la situación económica, el 18,2% de los DDHH exiliados no logran cubrir sus necesidades básicas cada mes. Algunos incluso han tenido que vender sus pertenencias para sobrevivir. La mayoría, el 51,5%, tiene ingresos «suficientes«, mientras que un 18,2% goza de ingresos «medianos».