Miguel Octavio Sosa Palavicini
Médico humanista, nacido en Mérida el 9 de septiembre de 1951 y fallecido en Barquisimeto, donde hizo su vida, este julio 3 de 2024, en plena capacidad de continuar dando, en su área profesional, la ginecología, donde se destacaría en la disciplina de la Ecosonografía, “procedimiento de alta tecnología para observar los tejidos y órganos, del interior del cuerpo” que por cierto, ha sido en Lara, muy puntualmente en Quibor, donde se ha venido detectado la extraña enfermedad llamada “retinoblastoma en el embarazo” especie de cáncer pediátrico, del que expusiera en agosto de 2021, Sosa Palavicini, en el Colegio de Médicos del estado Lara, dentro de las primera Jornadas Médicas para su despistaje, promovidas por los Rotarios.
Aquella dedicación, le permitió detectar malformaciones a tiempo en el feto, a los fines de la corrección y la experiencia adquirida le permitió transmitir, como docente de la Escuela de Medicina de la “Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado” donde precisamente egresó como médico y el reconocimiento fue más allá de nuestras fronteras, como conferencista en Lima, México, Bogotá, todo plasmado en tesis, estudios y ponencias, además de artículos publicados en este diario “El Impulso”. Material, que seguro estamos, su familia dispondrá a favor de la escuela de Medicina de la UCLA, a los fines de su respectiva publicación y en consecuencia al servicio de profesores, médicos y estudiantes.
Miguel Octavio Sosa Palavicini, fue un médico humanista, como debieran serlo todos, pero en este muy particular caso, encontramos una característica personal, haber heredado del bisabuelo de su padre, una vocación de servicio público, por encima de su vida y nos referimos al Teniente Coronel, Cristóbal Palavicini, prócer de la Independencia al enrolarse en la población de Los Rastrojos, al paso de Simón Bolívar por Cabudare en 1813. A partir de entonces, se olvidaría de sus negocios personales, reclutando hombre para su causa y manteniéndolos con sus recursos, enguerrillándose en la selva de “Terepaima”, para enfrentar las tropas realistas, esfuerzo reconocido en 1936, cuando la entonces Asamblea Legislativa de Lara, le honró con su nombre, al Distrito Palavicini, hoy municipio. Es de destacar como anécdota, que su original apellido, Pallavicini, proveniente de Génova ciudad de Italia, le sería sustituida la “L por la “V” y ese orgullo para el doctor Sosa Palavicini, resultaba un compromiso moral, al que se sumaría su incorporación a la intencional Institución de los “Rotarios” cuyos miembros cumplen una admirable función social, bajo el bíblico mensaje de que lo que haga la mano derecha no lo sepa la izquierda y en esa búsqueda del humanismo, Sosa Palavicini, se iniciaría en la Francmasonería desde su Respetable y Centenaria Logia “Estrella de Occidente” lo que corrobora, el talante de su hombría de bien, justo cuando es evidente el deterioro político de cierta dirigencia, que no de sus ciudadanos que a “soto voce” clama ya, de un ¡basta!. Queda pues, en manos de la Universidad Centro Occidental “Lisandro Alvarado” de los Rotarios y Francmasones, resucitar para la posteridad su nombre y a la “Historia voy, Victoriosa o vencida”…
Jorge Ramos Guerra